Logosofía y Pensamiento

Logosofía
Hombre esculpiéndose a sí mismo por el artista uruguayo Yandí Luzardo, inspirada en el principio de evolución consciente planteado por la logosofía.

La logosofía es una doctrina ético filosófica que brinda herramientas metodológicas de orden conceptual y experimental para realizar lo que define como la evolución consciente del ser humano.

El nombre «logosofía», se basa en las raíces griegas logos: ‘verbo’, y sophia: ‘sabiduría’.

Fue fundada en 1930 por el educador y humanista argentino Carlos Bernardo González Pecotche (1901-1963), también conocido por su seudónimo literario Raumsol.

La logosofía como método

Según González Pecotche, la logosofía aspira a que el ser humano alcance el conocimiento de sí mismo.

Afirmaba que su método era absolutamente original, que no debía nunca confundirse con una religión, como muchas veces se entiende, sino que era una ciencia nueva y concluyente, porque daba a conocer un método, que aunque no estaba basado en el método científico  conduciría al hombre al conocimiento de sí mismo, de sus semejantes, de Dios, del universo y de sus leyes eternas.

También afirma que la logosofía es «…una nueva forma de sentir y concebir la vida…», ya que presenta «…una nueva concepción de la constitución psicológica y mental del ser humano…»

El autor afirma que la logosofía es única en su fondo y posee la cualidad de adaptarse a cada mente, brindándole sólo la parte de conocimiento que la capacidad individual puede abarcar.

Tiene muy especialmente en cuenta el examen de aptitudes de asimilación de cada ser humano.

Con su lenguaje característico, González Pecotche sostiene que la arteria principal de este método, la que hace palpitar la enseñanza en el alma del que aprende, es la que prescribe como principal función del conocimiento que prodiga, la necesidad de una familiarización íntima con la enseñanza hasta identificarse con ella por asociación de la misma a la vida.

La logosofía se propone guiar al ser humano a conocer más a fondo su mente en la totalidad de su complejo funcionamiento.

Invita al ser humano a realizar un estudio pleno de su psicología: su carácter, sus tendencias, sus pensamientos, sus cualidades, sus deficiencias y todo cuanto directa o indirectamente entra en el juego de sus facultades mentales y contempla los estados de su espíritu.

La logosofía y el pensamiento:

González Pecotche afirmaba que los pensamientos son autónomos e independientes de la voluntad individual, y como tales, nacen y cumplen sus funciones bajo la influencia de estados psíquicos propios o ajenos.

Escribió que la conciencia es un sistema consciente compuesto de dos mentes: la superior, que atiende a lo relacionado con el mundo metafísico, y la inferior, que comprende las actividades intelectuales y físicas comunes.

De la selección rigurosa de los mismos surgiría el «pensamiento autoridad» que debería regir la vida espiritual y consciente del ser. Sostenía el principio de la evolución consciente, que llevaría al hombre a realizar su más elevada finalidad: la propia redención por el conocimiento.

 La logosofía y la filosofía:

Según González Pecotche, la logosofía es un saber original que no tiene puntos de relación con ninguna rama del saber, llámese ciencia, filosofía o psicología,  sino que sus concepciones son originales y no están basadas en ninguna otra corriente de pensamiento existente.

Sobre la diferencia entre la logosofía y la filosofía, González Pecotche explicaba:

La logosofía cuenta con dos fuerzas poderosas que, al unirse y hermanarse, llevan al hombre a cumplir los dos fines de su existencia: evolucionar hacia la perfección y constituirse en un verdadero servidor de la humanidad.

Una de esas fuerzas es el conocimiento que brinda a la mente humana; la otra, el afecto que enseña a realizar en los corazones.

La ciencia común carece de ese afecto, de esa fuerza; es fría y rígida, y a veces especulativa e intemperante, como en el caso de la filosofía; en cambio, la logosofía es conciliadora.

He ahí la gran diferencia y lo que explica por qué es capaz de realizar prodigios sobre el alma humana, que hasta parecen inconcebibles a quienes permanecen ajenos a tales posibilidades.

La logosofía como humanismo:

González Pecotche también mencionaba que la logosofía era un nuevo tipo de humanismo, diferente de los anteriores:

A diferencia, pues, del concepto generalizado, nuestro humanismo parte del propio ser sensible y pensante que busca consumar dentro de sí el proceso evolutivo que toda la humanidad debe seguir.

Su realización en ese sentido habrá de constituirle luego en ejemplo real de lo que puede lograr cada integrante de la gran familia humana

Objetivos de la logosofía:

Los siete objetivos de la logosofía son:

1.La evolución consciente del hombre, mediante la organización de sus sistemas mental, sensible e instintivo.

2.El conocimiento de sí mismo, que implica el dominio pleno de los elementos que constituyen el secreto de la existencia de cada cual.

3.La integración del espíritu, para que el ser humano pueda aprovechar los valores que le pertenecen, originados en su propia herencia.

4.El conocimiento de las leyes universales, indispensable para ajustar la vida a sus sabios principios.

5.El conocimiento del mundo mental, trascendente o metafísico, donde tienen origen todas las ideas y pensamientos que fecundan la vida humana.

6.La edificación de una nueva vida y un destino mejor, superando al máximo las prerrogativas comunes.

7.El desarrollo y el dominio profundo de las funciones de estudiar, de aprender, de enseñar, de pensar y de realizar, con lo que el método logosófico se transubstancia en aptitudes individuales de incalculable significación para el porvenir pedagógico en la educación de la humanidad.

Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.

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