
«El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos
reverdecerán como ramas» (Proverbios 11:28).
Los intereses puramente mundanales hacen secar nuestra alma.
La comprensión de que los valores espirituales, adquiridos en una relación con Dios, son más importantes, nos hacen
crecer y tornan nuestra vida más brillante y bendita.
Paulo Barbosa
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