A partir de este momento decidete a aceptar que mereces ser feliz.
Decídete a renunciar a cualquier complejo de mártir o autocompasión que puedas haber tenido.
Cualquier razón que te haya hecho pensar que no mereces la felicidad o el amor.
Son precisamente estos sentimientos lo que te hacen actuar de tal manera hacia otras personas para forzarlas, a niveles subconscientes, a que te traicionen y te hieran.
Puedes decidir de ahora en adelante que quieres alcanzar todo aquello que te mereces y que eres capaz de lograrlo.
Deja de ser un imán que atraiga estas situaciones.
Hazte consciente de esto.
Mereces vivir con amor, con seguridad en ti mism@, con alegria.
Cuando desarrolles esta actitud, podrás observar y vivir los cambios que se daran en tu vida.
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