Estamos entrando en la Era del Corazón…El Pensamiento Espacial

EL PENSAMIENTO ESPACIAL

Estamos entrando en la Era del Corazón, del sentir, del amor.

Cuando el pensamiento no está alineado con el corazón, es un obstáculo para la realización de lo nuevo pero cuando se alinea con el corazón, es la mejor herramienta.

Al referirse al conocimiento directo y el corazón, El Maestro Morya afirma que “…el pensamiento es poder y es el co-creador de la Existencia.

No hablo de discusión o de reflexión, sino del pensamiento que se mueve por la superficie de la Sustancia con su ritmo individual creando así infinitamente.

Así como el tejedor tiene que tener su pabilo para poder expresar su arte creador, de la misma manera el pensador tiene una sustancia primaria que los sabios llaman AKASHA.

Esta sustancia es afectada por el pensamiento de un pensador entrenado así como por la de un niño, siempre que estén inflamados por un deseo inalterable.

Los experimentos de la física moderna han probado en el laboratorio el poder del pensamiento sobre la sustancia. Sabemos que cuando se emite un pensamiento unido a un sentimiento, con suficiente fuerza, la sustancia se ve afectada y decimos que el Universo nos devuelve lo pensado.

De ahí que cuando queremos, por ejemplo, sanar a alguien, lo mejor es verlo ya curado. Se trata de pensar y sentir aquello que esperas, no pedirlo sino verlo realizado y agradecerlo. He ahí la fórmula maestra.

Esta fórmula requiere una mente entrenada porque un pensamiento débil no va más allá de la propia aura, y si es fuerte pero lleno de egoísmo y maldad forma las capas mentales que van rodeando a la persona creando una terrible barrera.

Cuando el discípulo decide contactar el mundo sutil debe atravesar esta capa de pensamientos y muchas veces sale herido. Como está escrito en una antigua estela: “Caminante, no construyas una barrera en tu propio camino.”

Dice el Maestro que el pensamiento que surge del corazón es como una flecha impetuosa que penetra en las profundidades de la Seidad. Este pensamiento llega a convertirse en una armadura de luz que continuamente va creando nuevas vibraciones y repeliendo la Oscuridad. Pensar encierra un poder creador que asemeja al hombre a Dios.

En este nuevo tiempo, a diferencia de la Edad Oscura que estamos dejando atrás, el pensamiento no estará centrado en uno mismo sino que será un pensamiento espacial.

El magnetismo originado por este pensar se propagará por el espacio y no por las cortas distancias a las que llega el pensamiento común. Es un entrenamiento que la Jerarquía propone para este tiempo como parte del Plan de desenvolvimiento del pensar humano.

El pensamiento espacial no es fácil para la mayoría de las personas.

Requiere que la personalidad, en buena medida, se libere del egoísmo.

Hay quienes piensan que el egoísmo es inherente a la personalidad pero el Maestro Morya nos advierte que una personalidad devota del Bien Común está más allá de la imaginación de muchos y sin la personalidad, el pensamiento no tendría potencia.

Si la inteligencia cósmica nos dio esta herramienta que llamamos personalidad compuesta por el cuerpo, las emociones y la mente, es seguro que es la adecuada para hacer el trabajo que la vida nos pide sobre este planeta.

Un violín, en las manos de un virtuoso, puede crear una música que nos conecte con las altas esferas pero en las manos de un inexperto produce ruido; así mismo, la personalidad, en las manos del Alma produce sanación, bienaventuranza, alegría y en manos de un corazón egoísta, dolor y sufrimiento.

Cuando el alma puede irradiar a la personalidad y su energía fluir libremente por sus cuerpos aparece en el mundo un corazón amoroso, reflejo del gran corazón de nuestro sistema, el astro sol.

Irradia, sostiene, da vida.

Y su pensamiento puede surcar los espacios creando senderos de luz.

Cada día toma conciencia de la calidad de tus pensamientos.

Si piensas todo el tiempo en ti, en tus asuntos y tus intereses, la energía que emanas no llega muy lejos y tiene poca influencia. Si piensas en los demás, es espacial, porque va de ti a otros y la energía es irradiante, expansiva, parecida a los rayos de Sol.

Hemos sido entrenados para el pensamiento autocentrado. Ahora toca cambiar de dirección. Ya no será atraer hacia uno la energía pensando en uno mismo y sus propios intereses sino irradiar hacia los demás y el mundo que nos rodea.

La luz del alma es inagotable y su amor eterno, mientras más amor ofreces, más amor tienes, mientras más luz compartes, más te iluminas.

Cuando por primera vez se descorrió uno de esos velos de  la conciencia y pude captar esta verdad, lo primero que comprendí fue que el pensamiento espacial nos protege porque al no estar enfocado en nosotros, no estamos auto-centrados y las agresiones no nos pueden herir. Por ejemplo, si alguien lanza una piedra dirigida a tu personalidad pero tú no te encuentras ahí, no te hiere. Así la vida se hace más fácil. Y también aprendí que cuando uno se molesta, o se siente herido o triste, el pensamiento ha dejado de ser espacial y ha vuelto a centrarse en uno mismo.

El remedio es a pensar en el bien común, en el Plan de Amor y de Luz para uno aliviarse. Ahora, con el correr de los años y la experiencia que se adquiere, sé que la fórmula no es tan sencilla como yo pensaba.

El cruce de corrientes en los mundos del pensamiento y del sentimiento, es a veces tan difícil de soportar como el cruzar entre espadas afiladas; afectan todos los cuerpos.

Esta sensibilidad va creciendo a medida que uno va expandiendo la conciencia y captando más del mundo que nos rodea. El discípulo tiene que preparase para resistir muchas tensiones que la vida, de repente, le presenta.

Sin embargo, la panacea, según nos enseña el Maestro Morya  está en sostener siempre la mirada constante en la Jerarquía , en propulsar los pensamientos hacia ellos y siempre, siempre, dirigir el pensamiento a lo más Alto.

El Maestro Morya dice, en su libro “Corazón”, que la bondad del corazón no excluye la justa indignación, pero hay que estar atento para evitar la irritación. La irritación le abre la puerta al mal. Es un insidioso veneno, debe ser evitado a toda costa. El desarrollo de la paciencia evita la irritación. Pero, por supuesto, la paciencia no es falta de sentir, es una tensión consciente y una potente energía capaz de oponerse a la oscuridad.

Día a día vigila tu pensamiento.

Hazlo como un servicio  a la Humanidad y al Plan que los Maestros conocen y sirven. Utilízalo como la herramienta poderosa que Dios te ha dado para crear:

Un mundo de paz y armonía.

En la primera lección de metafísica te dijimos, “piensa positivo”, ahora podemos decirte con mayor conocimiento, “piensa en el bienestar de los demás”.

Si quieres cambiar el mundo que tienes, piensa el mundo que quieres”

Con el amor de siempre, eterno, sereno,

Carmen Santiago

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