Turismo emocional
Durante el Primer Congreso de Turismo de Río Negro hubo una conferencia que sorprendió a todos.
La exposición del Arq. Horacio Roberto le agregó a los abordajes propuestos dos palabras fundamentales: optimismo y alegría.
Cuando el volcán Puyehue entró en erupción, la ciudad de San Carlos Bariloche y otros municipios rionegrinos vieron cuestionado su presente.
Las economías locales quedaron sacudidas y todo permaneció inmerso en una fuerte crisis.
Este último concepto es fundamental para entender el estado actual de la situación.
Y precisamente, se ha optado por subrayarlo por ser la columna vertebral de la propuesta de Horacio Roberto.
Horacio es arquitecto, reside en la ciudad santafesina de Rosario, y es un firme propulsor del “optimismo”, aunque lo que él plantea trasciende por entero este término clasificador.
Así comenzaba su conferencia:
“Quiero presentarles una serie de motivaciones y nuevas ideas para poder aplicarlas al turismo.
Aprendiendo de lo sucedido, una amenaza como la que sufrieron ustedes (la erupción del volcán chileno) puede entenderse como una OPORTUNIDAD, si es vista desde un ángulo distinto.
Esto es lo que les vengo a ofrecer en el día de hoy…”
“Gracias a los que les pasó, hoy la provincia se está uniendo.
Ha sido para bien.
Se encuentran ante una inmensa oportunidad de cambio:
Hoy tienen la posibilidad de empezar de cero haciendo todo bien.
Recuerden para eso que el cambio no es más que la forma en que la Naturaleza se asegura de que las cosas evolucionen y mejoren, y lo mismo sucede con cada crisis, que es sinónimo de cambio”, define el arquitecto.
-¿Qué mensaje, entonces, podría brindarle a las personas que residen en lugares afectados por las cenizas?
-Les diría que la caída de las cenizas volcánicas fue un Bien Mayor, y no un mal.
Gracias a esta problemática se está generando en toda la región un cambio tan grande de valoración de los recursos que de otro modo no se hubiera dado.
Además, las localidades afectadas han recibido una asistencia enorme a nivel nacional también.
A partir de todo lo que les sucedió se está dando un cambio profundo en todos los niveles de la provincia, y eso es más que valorable.
¡Se están uniendo todos para lograr el bien común!
Gracias a las cenizas se están re-planificando sectores que estaban, tal vez, incorrectamente direccionados, y a partir de estas nuevas necesidades se está replanteando todo para que las zonas perjudicadas, y toda la provincia en conjunto, estén todavía mejor armadas.
Si se mantienen estas ganas de profundizar estos esfuerzos, Bariloche y las demás ciudades no tengo dudas de que serán cien veces mejor que lo que eran antes.
Lo que aparenta ser un problema terrible va a terminar siendo algo fantástico, estoy completamente seguro.
Todo cambio, al principio, rompe los esquemas y genera desconcierto, pero luego fructifica.
La provincia va a resurgir con una fuerza superior con la que antes no contaba.
Hay que mirar lo negativo con ojos positivos para salir adelante, y creo que esto es lo que se está haciendo.
En la filosofía que nos ofrece Horacio otro término resulta de gran valor:
EMOCIÓN,
Justamente, asegura que el turismo (por supuesto, una de las actividades fundamentales de la provincia) es una tarea emocional de dar/recibir servicios.
Los signos emocionales del turista podrían advertirse en la recreación, en el juego y el disfrute que quiere conseguir durante su estadía, y es importante que los encargados del sector turístico no lo pierdan de vista.
“Lo que viene a buscar el visitante son emociones -agrega el arquitecto-, y eso es lo que debemos brindarle.
Para lograrlo, tenemos que recordar que si nosotros nos sentimos felices vamos a irradiar alegría.
Por el contrario, si nos sentimos mal, tristes, enojados, cansados, vamos a construir una emoción negativa en el otro.
Entonces, el cambio tiene que empezar por nosotros.
Debemos mejorar nuestro trato, nuestra motivación. Estamos dentro de un proceso que nos está pidiendo que nos ´transformemos´ también en esa arista.
Habría que generar un estado de alegría, que no es un concepto menor, para que al turista lo conquistemos no sólo por nuestros paisajes sino también, y principalmente, por la atención recibida, por las emociones con las que se encontró y que se va a llevar consigo.
En ese caso, se lograría convertir al turista en un “visitante fiel”, que va a regresar porque recibió un trato mejor del que esperaba.
Tenemos que lograr que el visitante piense:
No quiero ir a otro lado porque aquí me siento como en mi casa`.
Hay que tratar al turista como un AMIGO que viene a visitarnos.
Esa es la clave”.
Según el arquitecto, las emociones, los valores, son las armas fundamentales con las que se debe jugar en el terreno del turismo, y eso implica un cambio a nivel personal.
Lo que comienza en uno mismo puede extenderse a los otros.
Esa es una conclusión fundamental que puede extraerse de la exposición de Horacio Roberto.
Por supuesto, asimismo quedará en la mente de quienes lo escucharon, o quienes lo están leyendo ahora, que para poder afrontar situaciones difíciles, como los conflictos que trajeron aparejadas las cenizas, también es importante manejarse con la emoción.
Viendo los problemas desde un lugar positivo es posible que dejen de considerarse como tales.
“Lo que arruina la vida no es un acontecimiento sino la interpretación que se le da”.
Con esta frase ya no hay nada que agregarle a este informe…
pd. Con Horacio Roberto somos amigos desde hace muchos años, en que organizábamos talleres sobre :
Inteligencia Emocional,
Horacio era el Discertante.
Gracias
one*
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