
Día de Todos los Santos
El día 1 de noviembre, de cada año, se celebra el Día de Todos los Santos, lo que en la versión americana se conoce como la:
Noche de Halloween que quiere decir:
«La víspera de todos los Santos».
En España este día se honra a nuestros difuntos, llenándose de colorido los cementerios, con una multitud de flores de todo tipo con las que se adornan las tumbas de los seres queridos.
La Iglesia Católica ha llamado:
«Santos»
Aquellos que se han dedicado a que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.
Hay unos que han sido «canonizados», o sea declarados oficialmente Santos por el Sumo Pontífice, por lo que por su intercesión se han conseguido admirables milagros,
Porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.
Para ser declarado Santo por la Iglesia Católica se necesita toda una serie de trámites rigurosos.
Primero una exhaustiva averiguación con personas que lo conocieron, para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa.
Si se logra comprobar por el testimonio de muchos que su comportamiento fue ejemplar, se le declara:
«Siervo de Dios».
Si por detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, es declarado:
«Venerable».
Más tarde, si por su intercesión se consigue algún milagro totalmente inexplicable por medios humanos, es declarado:
«Beato».
Finalmente si se consigue un nuevo y maravillosos milagro por haber pedido su intercesión, el Papa lo declara:
«Santo».
En el caso de algunos Santos el procedimiento de canonización ha sido rápido, como por ejemplo para San Francisco de Asís y San Antonio, que sólo duró 2 años.
Poquísimos otros han sido declarados Santos seis años después de su muerte, o a los 15 ó 20 años.
Para la inmensa mayoría, los trámites para su beatificación y canonización duran 30, 40, 50 y hasta cien años o más.
Después de 20 ó 30 años de averiguaciones, la mayor o menor rapidez para la beatificación o canonización, depende de quien obtenga más o menos pronto los milagros requeridos.
Los Santos «canonizados» oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares.
Pero existe una inmensa cantidad de Santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo.
A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.
Por otro lado, es indispensable para estas fechas el hacer referencia a los dulces más típicos y tradicionales, que se elaboran con motivo de esta festividad cristiana.
Podemos encontrar en cualquier pastelería que se precie los buñuelos de viento…
(cuenta la tradición que cuando te comes un buñuelo sacas un alma del purgatorio);
Los huesos de Santo, que son dulces de azúcar y huevo que fingen el canibalismo sacro
(si uno se come a los muertos simbólicamente es porque los quiere y no les tiene miedo);
En Galicia se hacen unas empanadas que se comen en los cementerios; y en toda Cataluña se hace un dulce conocido con el nombre de Panallet, elaborado con almendra y azúcar.
Fuente Desconocida.
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