Regalos del Nuevo Mundo – Ambay – Doctor Giraldo Motura

Ambay 

Es una típica planta -un árbol- de las selvas guaraníes.

Conocida desde tiempos inmemoriales por los nativos de esa región situada entre los ríos Paraná, Uruguay, Paraguay y sus afluentes.

Su área de dispersión está ubicada en las Republicas de Argentina, Paraguay y Brasil.

Su nombre Científico es Cecropia adenopus Martius y/o Ambaba peltata.

Es de la familia de las moráceas.

Sus sinónimos vulgares son: palo de lija, ambahú, urnbauba y ambaíba, entre otros.

Es un árbol dioico, lactescente, que puede alcanzar hasta 10 metros de altura.

Su tallo es erecto y fistulado, anillado, tabicado por paredes espesas en cuya proximidad se acumula una masa blanda y amarillenta proveniente de la zona medular interna.

La corteza es gris clara y el diámetro del tronco principal oscila entre 20 y 30 centímetros.

La corteza es relativamente lisa con pequeñas prominencias irregulares redondeadas con hendiduras transversales, poco profundas en correspondencia con los tabique interiores.

Es de de consistencia fibrosa, gris ceniciento o gris parduzco, amarillento por dentro.

Suele estar cubierta de líquenes crustáceos gris verdosos o blanco plateados que disfrazan su color natural.

Se ramifican a bastante altura del suelo con ramas tiernas y cilíndricas que determinan una copa alta, aparasolada.

Las hojas son grandes, de hasta 50 cm. De diámetro, palmipartidas, con 9 a 11 segmentos de forma oblonga.

De color verde oscuro en la cara superior y blanquecino-cenicientas en la inferior.

Con nervaduras salientes, amarillo parduscas y algo vellosas.

Presentan un pecíolo largo con una dilatación en la base.

Las inflorescencias son axilares, en formas de espigas fasciculadas, llevando flores unisexuales.

Los frutos son pequeños, comestibles, con sabor a higo.

El Ambay presenta un caso notable de simbiosis.

Alberga en sus cavidades interiores a ciertas hormigas del género azteca, que se alimentan de la savia de la planta y le retribuyen el hospedaje y alimento defendiéndola del ataque de otros insectos.

Las hojas suelen usarse como papel de lija, de ahí su nombre popular de palo de lija. Se usan para pulir objetos de madera (guitarras, violines, arpas) o guampas (cuernos).

El análisis clínico de este vegetal revela la presencia de un alcaloide (cecoprina), ácido tánico en la corteza.

En las hojas hay ambaína (glucósido heterósido), albaimina (principio nitrogenado), cecropia y cecropidina.

En los frutos hay un ácido graso.

El Ambay ha sido utilizado por los primitivos habitantes de esta zona de América (indios guaraníes) desde mucho antes de su descubrimiento por España. Oviedo, en su «Historia Natural y General de las Indias» en 1535 ya lo menciona.

También lo hacen el padre Bernabé Cobo en 1653 y Pisón y Maregay en 1648, entre otros.

Todos hablan de uso medicinal.

Se lo emplea en todas las afecciones catarrales de las vías respiratorias como béquico (mejorador de la tos), expectorante y antiasmático.

Es útil no solo en el asma bronquial sino también cardiaca.

Excelente en resfríos, gripes, catarros antiguos, toses pertinaces, tos de los fumadores.

Los ancianos con catarros crónicos, fatiga, falta de respiración, ahogos, debilidad del corazón encuentran en el Ambay un eficaz remedio.

Es un notable cardiotónico, regulariza los latidos del corazón, por lo tanto en arritmias e insuficiencias cardiacas su empleo trae grandes beneficios y en muchos casos puede suplantar a los digitálicos que con su uso prolongado acarrean fenómenos tóxicos iatrogénicos que nunca causa el Ambay.

Además tiene efecto diurético

Se puede usar en forma de infusión al 20 o 30 por mil o sea 20 a 30 gramos por litro de agua.

La infusión se realiza así: a un puñadito (20 o 30 gramos) de hojas picadas se le añade un litro de agua hirviente.

Se tapa el recipiente y se deja así 10 minutos.

Se toman 3 tazas por día, endulzadas con míe1 de abejas.

La primera taza se toma en ayunas. – La segunda 2 horas antes del almuerzo y la tercera al acostarse.

El cocimiento se prepara poniendo 20 gramos en un litro de agua, pudiendo ser también leche.

Para los niños se puede preparar un jarabe con 100 gramos de hoja de Ambay en un litro de agua que se hierve hasta reducirlo a la mitad. Se cuela y se 1e agregan 500 gramos de azúcar. Se toma por cucharadas cada una o dos horas.

También se puede usar la tintura de Ambay colocando 30 gramos de hoja de Ambay en 200 centímetros cúbicos de alcohol de 70º.

Se administra una cucharadita en un vaso de agua tibia o jugo do frutas o leche cuatro veces por día.

Juan A Martínez en su Pharmacopendiun aconseja una tintura madre preparada con alcohol de 60º puestas en maceración las hojas de Ambay durante 40 días.

Además se usan las hojas de Ambay en decocción lo mismo que las sumidades floridas teniendo propiedades diuréticas y astringentes.

El jugo de los botones carnosos se usa en aplicaciones locales siendo útil en casos de crisipela y diluido tiene uso popular para la conjuntivitis.

El Ambay es un típico ejemplo de un vegetal americano poco conocido en el resto del mundo y que junto con muchas otras plantan del lejano cono sur tiene extraordinarias propiedades curativas.

Son regalos que el Nuevo Mundo tenía preparados para dar a la Humanidad una vida y una calidad de vida más larga y mejor.

¡Quiera Dios que el «Homo Sapiens» sepa aprovechar estos presentes del Señor a sus hijos: los seres humanos!

Ya lo dice la Santa Biblia:

«…Y dijo Dios:

Produzca la tierra hierba verde…
Y produjo la tierra hierba verde…
Y vio Dios que era bueno…»
Génesis 1:11,12.

Doctor Giraldo Motura.

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