ALEJATE..
Aléjate de aquellos que viven como anclas oxidadas en el fondo del océano, aferrándose a restos de otros naufragios.
Considerarse dueño de la verdad no solo,
Denota ignorancia sino, que es el mayor acto de soberbia.
Una soberbia tal, que pretende desde la densidad y el pensamiento limitado humano, transformar lo infinito y eterno en un mero dogma nacido del ego humano.
Nadie puede mostrar la verdad a nadie,
La verdad nace en el corazón de cada ser y puede manifestarse de infinitas formas,
Pretender lo contrario, es desafiar a la divinidad sumergiéndola en lo mas bajo del pensamiento humano.
La luz de la verdad no necesita escribas, ni intermediarios, ni maestrillos,
Puede sin ayuda humana alguna florecer en el alma de cada uno.
Aquel que pregona su limitada VERDAD como:
LA VERDAD, comete el único pecado, la gran trasgresión cósmica de limitar a la gran luz a su oscuridad humana.
Huye de quien quiere aprisionarte con leyes aparentemente divinas, nacidas de su ignorancia al interpretar las señales.
Nunca rindas pleitesía a nada ajeno a ti mismo.
La verdad vive en tu corazón, no la busques fuera de ti.
No existen elegidos, iluminados o maestros, solos seres más o menos despiertos.
Si te sientes superior a cualquier unidad de la existencia es que no has entendido nada.
Todo proviene del UNO, aunque en apariencia sea diferente la esencia es la misma.
Tienes el poder del pensamiento, del sentimiento, del verbo, y de la acción,
Úsalo con responsabilidad y conocimiento.
El hombre crea dioses a su imagen y semejanza…
Cuando el hombre recuperó su inteligencia, comprendió que habían demasiadas cosas que no podía entender ni dominar.
Descubrió su impotencia ante distintos fenómenos naturales a los que no podía controlar, entonces pensó que había algo o alguien superior que manejaba los hilos de todo lo que le rodeaba.
Primero vislumbró unas fuerzas potentes, destructivas e imparables como:
El rayo, los terremotos, las erupciones volcánicas, los huracanes, las lluvias, el poder del mar etc.
Y creyó que un ser desconocido se hallaba tras cada uno de estos fenómenos.
Los mitos del pasado cobraron fuerza.
Los dioses del cielo eran los que dominaban a las fuerzas de la naturaleza.
Fabricó dioses parciales, cada uno responsable de cada suceso que no entendía y no podía evitar.
Así nacen las antiguas religiones plagadas de dioses todopoderosos, dueños del destino.
Dioses que por lo imprevisibles que eran, les llevaron a creer que cada catástrofe era el resultado del enfado de alguno de ellos.
¿Qué producía el enojo de esos seres desconocidos y poderosos?
La única respuesta que halló es que era el resultado de algún comportamiento humano que les disgustaba .
Nada mas alejado de la LUZ DE LA DIVINIDAD.
Comienzan así, a crearse las fronteras entre lo que cada dios aceptaba como bueno o malo del comportamiento del hombre.
Algunos creyeron ver sus rostros y les dieron forma, para su entender, esas formas no solo representaban al dios en cuestión sino que eran el receptáculo donde el ser divino habitaba.
Así comienzan las religiones politeístas y fetichistas.
En las que se adora a objetos de diferentes materiales que tienen la forma que estimaban era la del dios.
Los adornaban con símbolos representativos de la fuerza que dominan.
Y nace el acto religioso-mágico, una teatralización en el mundo de la forma en pequeña escala de lo peticionado.
La fe en la ceremonia hacia que la petición se precipitara y entonces creían que eran sus dioses que les habían escuchado.
En realidad ponían en práctica la ley de la atracción.
Los objetos que utilizaban, eran en realidad las muletas en las que focalizaban su atención para (precipitar).
Con el tiempo las muletas fueron más importantes que la fuerza de la petición y fueron perdiendo su poder.
Al no comprender el mecanismo de la ley de atracción, les temían, hacían sacrificios y ofrendas.
Asumían las desgracias como castigo divino ante su mal comportamiento.
Los mitos que ocultaban a hechos del pasado hablaban de grandes destrucciones y castigos, llevadas a cabo por los antiguos dioses de las cuatro razas estelares aquellos que en el principio de los tiempos, caminaron por el mundo y dejaron sus huellas en ideas y monumentos.
Así nacieron las castas sacerdotales erróneas, que eran las encargadas de controlar en el mundo que se respetarán las leyes de los dioses.
Intentaron imitar a los antiguos hierofantes, pero suplantaron la luz de la Divinidad con leyes humanas.
Leyes religiosas que nos son más que creaciones mentales nacidas del temor.
Así los dogmas comienzan a poblar creencias, que a medida que transcurre el tiempo y según las épocas evolucionan y enriquecen a las religiones, creando en los templos instituciones donde un grupo reducido, los sacerdotes ostentan el poder.
Fuente:Fernando Bettoschi
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