Carta del Papa Francisco por la Beatificación del Cura Brochero – Videos

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La carta del Papa por la Beatificación de Brochero

La casa de retiros espirituales y el Museo Brocheriano, en Villa Cura Brochero.

El Papa Francisco envió una carta personal y especial a todos los argentinos con motivo de la Beatificación de José Gabriel del Rosario Brochero, cuyo acto está previsto para el domingo 14 de septiembre.

Además de la misiva “apostólica” formal con la que Francisco responde al pedido de los obispos argentinos de inscribir a Brochero en el libro de los beatos, el Santo Padre mandó otra carta más, de tipo personal, según informa el diario Periódico Encuentro.

La carta fue recibida por el Obispo de Cruz del Eje, Monseñor Santiago Olivera, quien la dará a conocer al público el día de la Beatificación de Brochero.

“Cuando estuve en Roma coordinando los detalles de la celebración con el Cardenal Ángelo Amato, tuve oportunidad de conversar con el Papa y le pregunté si podía enviar una carta a los fieles.

Y así lo hizo”, dijo Monseñor Olivera.

“Cuando Francisco aún era el Cardenal Bergoglio, yo lo tenía muy al tanto de la causa y sé de su cariño por el Cura Brochero.

Esta carta lo muestra como un Papa muy cercano pastoralmente al Padre José Gabriel Brochero”, dijo el prelado.

Francisco no asistirá a la Beatificación, pero será representado por el Cardenal Ángelo Amato.

«El Papa vendrá a la Argentina en otro contexto y más adelante, en otro momento», relató Monseñor Olivera.

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Quien era el Cura Brochero:

Amó a los pobres…

Cura Brochero
Cura Brochero




Estas reflexiones sobre Brochero no pueden pasar por alto,  un aspecto fundamental:

Su opción por los pobres sólidamente radicada en Jesucristo.

Por ÉL, abrazó la pobreza como forma de vida.

Por Él sirvió a los pobres.

 

 

 

 

 

 

La inmensa mayoría de sus feligreses, llevándoles el Evangelio que promueve la plena dignidad del ser humano.

Lo hizo sin resentimientos ni actitudes ideológicas.

Supo así interpelar oportunamente la conciencia de los poderosos desde Evangelio y el bien común.

Con ingenio y perseverancia procuró para los suyos aquel progreso que, por entonces, estaba cambiando el rostro de la joven nación Argentina.

Pero, sobre todo, trató a los pobres como sujetos libres y responsables.

Los promovió en su dignidad de personas.

Por eso, su servicio fundamental fue llevarlos al encuentro con Cristo, para que delante de Él orientaran libremente su vida.

Su ministerio pastoral entre los encarcelados, por ejemplo, nos conmueve, edifica y provoca.

 

 

 

 

 

 

Brochero nos marca un camino:

“Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo”.

Recientemente expresado por el Santo Padre Francisco:

Comprometernos con:

“Una Iglesia pobre para los pobres”

¿Qué nos dice la figura evangélica y sacerdotal de Brochero?

¿Qué luz proyecta sobre nuestra vida y misión como pastores del Pueblo de Dios en este momento de nuestra historia?

En estos años, y con ocasión del proceso de beatificación, hemos podido conocer mejor los rasgos distintivos de su alma sacerdotal:

Su vida radicada en Dios, su amor a Jesucristo, a la Palabra y a la Eucaristía.

Su celo apostólico, especialmente por los más alejados y necesitados.

La fortaleza y creatividad de un sacerdote que vivía intensamente su vocación de párroco.

La originalidad con que unió evangelización y promoción humana.

Su capacidad de amistad con grandes y pequeños.

Su configuración con Cristo paciente, sobre todo al final de sus días.

Celebramos las iniciativas que nos están ayudando a apreciar cada vez más la riqueza de su persona.

Las agradecemos y promovemos.

La beatificación del Siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero es un regalo de la Providencia para la Iglesia en nuestra Patria Argentina.

Un verdadero acontecimiento de gracia en el Año de la Fe que estamos celebrando.

Con gratitud podemos decir:

Dios ha visitado a su pueblo, ofreciendo en la persona de Brochero un testigo creíble del Evangelio, un pastor según el corazón de Dios, que nos inspira y alienta para la nueva evangelización.

Su figura ha ido creciendo, cada vez más, en el alma de nuestro pueblo.

La fama de su santidad le ha permitido a la Iglesia proponerlo como modelo ejemplar de vida cristiana.

De manera especial, la santidad del “Cura Brochero” es un regalo para los pastores que, ungidos por el mismo Espíritu que selló su alma, queremos servir al Pueblo de Dios en nuestra Patria.

Compartimos con ustedes el don precioso de la caridad pastoral de Jesucristo.

Nos ha surgido así el deseo de hacerles llegar una palabra de aliento inspirada precisamente en la figura del:

“Cura Brochero”.

Les confiamos estas reflexiones esperando que sean provechosas, tanto para la reflexión personal como en común.

Pedimos al Señor que renueve en nosotros la pasión por el Evangelio que animara al Siervo de Dios

Mensaje de los obispos al santo pueblo de Dios con ocasión de la Beatificación del Cura Brochero

Queridos hermanos y hermanas:

Estamos viviendo tiempos muy especiales como Iglesia y como argentinos.

El próximo 14 de septiembre, y en el marco del Año de la fe, viviremos la alegría de la beatificación del Padre Brochero

José Gabriel del Rosario Brochero, un «Pastor según el corazón de Dios…quien fue… ungido para ungir al pueblo fiel, un verdadero Pastor con olor a oveja.

Al decir del Papa Francisco.

Nació en Santa Rosa de Río Primero en 1840.

Se formó en el Seminario de Córdoba y en 1869 fue destinado como cura párroco a Traslasierra.

Desde las Altas Cumbres, divisando el valle, vio que estaba todo por hacer.

Pastor dotado de gran espíritu de sacrificio y extraordinaria caridad pastoral y social, sirvió a la gente más pobre del campo, compartió su vida y promovió en ella la elevación humana y religiosa.

Especialmente a través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola2.

La devoción del cura Brochero a la Virgen María, con el profundo y cálido título de:

“Mi Purísima”

Nos abre a su amor hondo y concreto, muy atento a las necesidades de cada persona.

Como la Virgen en las Bodas de Caná,  también Brochero supo decir a Jesús:

“No tienen agua”

“No tienen educación”

“No tienen caminos”

“No tienen medios acordes para encontrarse como hermanos y comercializar sus productos…”.

Y él hizo lo que Jesús dijo:

Ayudó a todos sus contemporáneos a escuchar esa misma voz que abre las cataratas del amor de Dios y que se vuelca en el amor concreto al hermano.

Abrió escuelas.

Fue pionero en abrir un colegio para niñas.

Proyectó el ferrocarril.

Entre todos hicieron caminos, acequias, diques, telégrafos, y la misma Casa de Ejercicios.

Durante su breve período en la ciudad de Córdoba, nombrado capellán de la cárcel, veló con amor de padre por las necesidades físicas y espirituales de sus hermanos privados de libertad.

Él no fue un cristiano triste.

Sabía de la alegría que da Jesús y la quería contagiar.

Por eso al visitar a la gente en sus casas, les decía:

“Aquí vengo a darles música”.

La música de saberse amados por Dios.

Hoy la alegría del cielo que nos transmite la beatificación del Padre Brochero, le permite multiplicar sus brazos, sus pies, su corazón, a través de cada uno de nosotros y nos invita a ser discípulos misioneros de Jesucristo:

“Si en mi corazón no llevo la caridad, ni a cristiano llego”, decía él.

Brochero nos anima, como bautizados, a salir a las fronteras, “de tal manera que la unción llegue a todos, también a las «periferias», allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora”.

A ir hacia los que no conocen el amor de Dios porque no se les ha anunciado o porque la cruda realidad que les toca vivir les habla de que Dios pareciera estar ausente de sus vidas.

Nos invita a compartir con ellos que Dios los ama.

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