
El Dolor y la Enfermedad
La enfermedad cumple la misma función que el dolor, nos alerta que existe un factor agresivo, externo o interno.
La enfermedad es un S.O.S. para cambiar hábitos que agreden el ritmo biológico.
La enfermedad son las falsas defensas que se ponen a funcionar, cuando las auténticas no trabajan.
El malestar, el dolor, podrían evitar males mayores, si estuviéramos atentos al mensaje que nos envían.
Hay desarmonía, estamos agrediendo el equilibrio.
¿Y porqué?
Porque el ser humano y los animales tienen libre albedrío, ellos tienen la posibilidad de elegir.
Poseen un lujo especial comparado con las plantas.
Un animal podría acercarse al fuego hasta quemarse si no fuera por el dolor.
Lo mismo una persona puede herirse hasta desangrar, sin embargo para lograr el mantenimiento, la naturaleza se
equilibra con el fenómeno del dolor.
Así como las personas, también los animales lo experimentan a fin de evitar el peligro.
El dolor también protege de las malas posturas, esfuerzos anormales.
Sin embargo, sabiendo interpretar el mensaje y tomando precauciones el dolor se aliviará.
Esto es obvio cuando vemos receptores sensoriales en el cuerpo humano, en áreas donde tenemos control voluntario.
Pero en otras donde no tenemos, los receptores no existen.
Un cirujano podría disecar y cortar metros de intestino, sin que el enfermo experimente dolor.
Sin embargo la anestesia se aplica sólo por la incisión en la piel.
Otra experiencia común es que al tomar algo caliente en la boca, ese calor ha de sentirse hasta el cartílago crico
faríngeo.
Por lo tanto, sólo hay control voluntario sobre los músculos.
La sensación de dolor guía nuestro “libre albedrío” y tiene un mensaje orientado a beneficiarnos.
Cuando comprendemos el mensaje implícito en el dolor, y tomamos medidas desaparece.
Sufrir por tener mal carácter o depresión, no es positivo.
Lo importante es averiguar de donde nace la angustia, y traer los cambios que se requiere.
Si no aprendo la lección, el dolor incrementará hasta que le ponga atención.
Por lo tanto no debería sorprendernos que tengamos un conocimiento erróneo sobre nuestra identidad, propósito, en la vida, relaciones.
Sin embargo equivocados o no, cada uno tiene una imagen de sí, creencias sobre quien es, y a quien pertenece.
La inhabilidad de la ciencia para contestar preguntas por carecer de pruebas no justifica aceptar creencias erróneas,
basadas en información incompleta.
Nuestra meta sería, responder preguntas, y arrojar luz sobre
temas trascendentales para curar el espíritu.
Anónimo.
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