¿La ilusión nos engaña?
No hay separación entre nosotros.
Todos aquellos que observamos, conocemos, o simplemente sabemos que están allí, son distintas manifestaciones de nosotros mismos.
El famoso y tan pocas veces practicado:
«Yo soy Tú y Tú eres Yo».
Todo en esta creación es solamente energía.
Energía que sabe de sí misma y esa energía se llama: conciencia.
Vayamos a todas las enseñanzas religiosas.
A ver, en el principio,
¿Qué había? …
DIOS…
Más allá de las distintas percepciones que la gente tenga, según las distintas tradiciones espirituales, o algunos conceptos sobre el nombre o la forma de DIOS, en lo que todos concuerdan es que es aquello que es todopoderoso, que ama a todos por igual, y que incluye a todos y abarca a todos.
Digamos que ése podría ser el significado de un ser divino, que todos entenderían con facilidad. Ahora hilemos más sutilmente.
Todos entienden la energía.
La ciencia se está hermanando con la espiritualidad en esta comprensión.
Desde la última molécula del último átomo, según los científicos, desde el sonido proverbial y creador, todas son olas de energía, que van vibrando en distintas velocidades,
En este proceso evolutivo, la energía se convierte en materia.
Así se forma el mundo.
No hablamos sólo de nuestro planeta, sino del universo.
Todo aquello que tiene nombre y forma, y que es interpretado por los cinco sentidos, es aquello que se considera el mundo material, lo que espiritualmente se conoce como Maya.
Con este término, que sería algo así como el velo ilusorio, la representación de la creación, se intenta explicar el contraste de la energía pura que da lugar a todo lo creado.
Es la esencia que abarca, a su vez, a toda Maya. Tenemos como ejemplo a un piano.
Vamos de la nota grave a la nota aguda. La nota grave tiene su tecla grande y gorda.
Vibra de una forma particular.
Entonces, cuanto más nos acercamos a las notas agudas, son más cortitas y vibran mucho más rápidamente.
Toda la creación es como esas teclas, y nuestros sentidos y la mente la interpretan como niveles de existencia.
Pero sabemos que es sólo la conciencia que vibra en distintos niveles, desde los más bajos hasta los más altos.
Mil abrazos.
Gracias por existir
Claudio María Dominguez
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