Amén – Todos usamos esta palabra…sabemos su Significado?

Significado de Amén

Qué es Amén:

Todos usamos esta palabra…sabemos su significado?

Aquí te cuento:

Amén significa:

‘así sea’, ‘así es’.

En algunos contextos también significa :

‘En verdad’ o ‘ciertamente’.

Se utiliza como una fórmula de confirmación y de afirmación en muchas religiones como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes, y se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones.

Origen de la palabra ‘amén’

Esta palabra procede del hebro  (‘en verdad’, ‘ciertamente’) pronunciado āmēn.

La raíz de esta palabra indica firmeza y seguridad, y en hebreo coincide con la raíz de la palabra ‘fe’.

También se dice que a su vez puede proceder de lenguas semíticas como el arameo.

Posteriormente, derivó al griego y de ahí al latín amen.

Originariamente, se utilizaba en el Judaísmo, después su uso se extendió a otras religiones como el Cristianismo y el Islam.

Amén en el Cristianismo

En el Cristianismo se utiliza de una forma generalizada como fórmula para concluir oraciones.

En el Nuevo Testamento, se presenta a

Jesucristo utilizando esta palabra dos veces (‘Amén, amén’) al comienzo de algunos de sus discursos y normalmente se traduce como:

‘En verdad, en verdad’.

Por ejemplo, en ‘En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí…

También aparece en el Libro del Apocalipsis cuando Jesuscristo es llamado ‘el Amén’:

‘He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios…

Amén en el Judaísmo

En la Biblia Hebrea esta palabra aparece en varias ocasiones.

Se utiliza al comienzo o al final de una frase.

Se utiliza normalmente como respuesta a una bendición y como una forma de expresar afirmación ante un declaración.

Amén en el Islam

En el Islam se utiliza esta palabra  en árabe al final de una oración con el significado de ‘así sea’ o ‘así es’ como forma para expresar confirmación y afirmación.

Otros usos de la palabra ‘amén’

‘Decir amén a todo’.

También se utiliza la palabra ‘amén’ junto con la preposición ‘de’ significando ‘además de’.

Por ejemplo:

‘Amén de los informes, hay que hacer las facturas’.

Este uso sería propio del lenguaje formal.

Decimos mucho ¡Amén! pero…

¿ Sábes qué significa?

La palabra “Amén” la encontramos por primera vez en el primer libro de las Crónicas:

Alaben al Señor porque es bueno.

Porque es eterna su misericordia.

Que todo el pueblo diga:

Amén. Aleluya.

Me entró la curiosidad hace poco de contar las veces que usamos la palabra “Amén” ya sea en nuestro lenguaje con Dios o en nuestras oraciones que acaban siempre con esa antigua palabra.

Me di cuenta que son muchas las veces que la utilizamos, pero….

¿Qué significa?,

¿De dónde proviene?,

¿Cuándo decirla?…

Amén es una palabra aramea, de la lengua que hablaba Jesús, y significa la fuerza, la firmeza, la solidez, la estabilidad, la duración, la credibilidad, la fidelidad, la seguridad total…

Y suele traducirse como:

“ASÍ SEA”.

En los tiempos de la Biblia cuando se hablaba en arameo si un hombre decía “Amén” quería decir que hablaba con seriedad.

Era casi un juramento.

Desde niños se nos ha enseñado que cuando terminemos una oración digamos Amén, al hacerlo le estamos pidiendo a Dios que lo que dice e implica esa oración se haga realidad en cada aspecto de nuestra vida.

Pero no es tan simple,

Debemos estar conscientes de lo que estamos diciendo cuando la repetimos tanto.

Decir Amén implica un gran compromiso,

Es hacer una profesión de fe, es decirle a Dios que sí, que estamos de acuerdo con todo lo que Él nos dice, es repetirle una y otra vez que le vamos a ser fieles, es asegurar nuestra esperanza.

Es triste que al momento de orar es como si estuviéramos conversando con alguien y al terminar ya no es necesario seguir con esa conversación, porque ya dijimos amén.

Recuerda que no es necesario estar en la iglesia de rodillas para conversar con el Señor,

Podemos hacerlo durante el día en nuestras tareas diarias.

El Amén es solamente el “así sea” y no el despedir o dejar de hacer lo que estaba haciendo, sobre todo cuando oramos.

“En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su «sí» en Jesús, de manera que por él decimos «Amén» a Dios, para gloria suya.”

– A ti que lees ésta pequeña reflexión:

“Dios te bendiga”, creo que responderás con “Amén”.:)

Del origen y significado de la palabra «amén»

De que la palabra “amén” es profusamente utilizada por los cristianos desde los primeros tiempos da buena cuenta el temprano autor Justino, muerto en el año 165, que en su obra de las “Apologías”, concretamente en la “Primera Apología”, datable hacia el año 153, nos deja el siguiente testimonio:

“Seguidamente se presenta al que preside entre los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclado con agua.

Cuando lo ha recibido, alaba y glorifica al Padre de todas las cosas por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias largamente porque por él hemos sido hechos dignos de estas cosas.

Habiendo terminado él las oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo presente aclama diciendo:

‘Amén’”

La antigüedad de la práctica de decir “amén” al recibir la comunión la atestigua, aunque en sentido contrario, esta anécdota que nos relata Eusebio de Cesarea en su “Historia Eclesiástica”, referida al hereje Novaciano, rival del Obispo de Roma (Papa) Cornelio (251-253), que no le daba la comunión a quién se la pedía si “en vez de pronunciar ‘amén’ al tomar el pan no dice ‘No volveré a Cornelio’” (HistEc. 6, 43, 19).

Del no hace mucho descubierto “Libro de oraciones” del Obispo Serapio, datable hacia mitad del s. IV, inferimos que ya para entonces todas las oraciones terminaban con un

“amén”.

En el ritual mozárabe, por ejemplo, se repetía después de cada petición del Padrenuestro.

Por lo que hace a su significado, el propio Justino a quién hemos citado arriba nos dice lo que según él significa:

Amén es una palabra cuyo uso en lengua hebrea es muy antiguo.

Desde el punto de vista etimológico, “amén” es una palabra hebrea que deriva del verbo hebreo “aman”, que se usa para reforzar o confirmar algo pues, básicamente, significa:

‘Que conste’ o ‘en verdad’.

Esta palabra no tiene equivalencia en las lenguas occidentales por esto su significado más que traducirse debe asimilarse como respuesta a algo firme, estable o inconmovible.

Es por esto que la tradición judeocristiana ha mantenido inalterada esta palabra sin traducirla, dado que cualquier traducción empobrece el sentido original de la palabra, que se usa en relación a lo sagrado pues, en sentido estricto, sólo se puede decir amén en referencia a Dios.

Es claro pues que ésta palabra es un vocablo de origen semita y con el tiempo su uso fue extendido al cristianismo; por esto el término «amén» es muy utilizado en la Biblia.

El término ‘amén’ se usa para confirmar algo: ‘así es’, o para afirmar que algo tiene que ser:

‘Así sea’.

Pronunciar esta palabra es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con el objetivo de ratificar una proposición o unirse a ella o a una oración.

Por eso, expresado en forma grupal en el ámbito de un servicio divino u oficio religioso, también significa ‘estar de acuerdo’ con lo expresado.

La palabra Amén es una expresión que Jesús utiliza en los evangelios para iniciar un discurso dándole una connotación de solidez y contundencia por esto Él decía:

‘En verdad, en verdad os digo’.

ORIGEN DE LA PALABRA «AMÉN»

Una de las fórmulas religiosas más familiares y utilizadas con mayor frecuencia, “amén”, aparece tanto en los escritos antiguos cristianos como en los musulmanes.

Esta palabra hace trece apariciones en la Biblia hebrea, y 119 en el Nuevo Testamento.

Para los hebreos, la palabra significa “así sea”, expresando asentimiento o acuerdo, y significando también verdad.

Así, un erudito hebreo que terminaba un discurso o sermón con un “amén” aseguraba a su audiencia que sus afirmaciones eran absolutamente viables.

La palabra se originó en Egipto alrededor del año 2.500 a.C.

Para los egipcios, Amen significaba “el oculto”, y era el nombre de su principal deidad, que en cierto tiempo fue adorada en todo el Próximo Oriente.

El vocablo bíblico “Amén “es quizá, junto al de “Aleluya”, uno, si no el más conocido entre los ambientes cristianos, y hasta diría yo, no cristianos.

Solo en los escritos del Nuevo Testamento lo hallamos unas 124 veces, sin contar otros de carácter sinónimo.

A lo largo de este pequeño estudio bíblico podremos comprender algunas características que los mismos textos bíblicos con su contexto nos irán mostrando.

Como es sabido el hebreo bíblico no lleva escritas las “vocales”, aunque se pronuncian.

En lugar de ello, los sabios de Israel crearon un sistema de vocalización basado en signos y puntuaciones muy pequeñas,que generalmente aparecen debajo de la letra consonante.

El significado de Amén puede traducirse como “así sea” o “así es”.

Esta voz lleva un significado de plenitud en un “acuerdo” o “afirmación”.

Podemos afirmar que Amén incluye el significado de “Firme”, “Estable” y “Confiable”.

Y la mujer dirá:

Amén, amén.

Dios lo quiera”.

La bendición y el juramento deben hacerse “en el Dios de verdad”.

Amén en el Nuevo Testamento.

La primera vez que de forma cronológica hallamos la palabra que estamos estudiando es en el evangelio de s.Mateo 5:18, “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”.

Y el último amén lo podemos leer en Apocalipsis 22:21 y 22,

“El que da testimonio de estas cosas dice:

Ciertamente vengo en breve.

Amén; sí ven Señor Jesús.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros, Amén.”

¡Amém; sí ven Señor Jesús! Ahora,” es la palabra que nuestro Señor usa constantemente como una introducción para sus declaraciones importantes que en español se traduce como “de cierto”,o,”en verdad”.

Jesús hablaba arameo,e incluso el hebreo, que son lenguas semitas de un origen común.

También es usado como respuesta :

“Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente,¿cómo dirá el Amén a tu a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho”.

Hay respuestas el el Cielo ante las obras del Eterno, por tanto debería haber respuestas en la Tierra:

Una sincera y gozosa respuesta de alabanza y de esperanza …

¡AMEN!.

Amén como Título Mesiánico.

Nuestro Señor y Maestro nos enseñó cómo debemos dirigirnos a Dios en esa oración modelo conocida como “El Padrenuestro” dentro de las culturas latinoamericanas,o en su caso “

En el evangelio de Mateo hallamos una alabanza final en dicha oración modelo :

“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos.

Amén.

Esto parece indicar que es una invitación a que cada uno de nosotros añadamos nuestro propio sello de alabanza libremente, así evitar en lo posible esa tendencia tan humana de caer en vana repetición.

Sin embargo,los historiadores y la misma tradición judía nos muestra que en la época de Jesús era inimaginable que una oración judía terminara con expresiones como:

“Tentación” y “mal”.

Jesús acaba la oración con un Amén final.

Con ella concluimos cada oración.

La revelación bíblica nos enseña el propósito eterno de Dios de reunir todas las cosas, visibles e invisibles, en Jesús el Cristo.

“Porque todas las promesas de Dios son en él (en Jesucristo) Sí, en él Amén por medio de nosotros para la gloria de Dios”.

Pocos conocen la voz “Amén” como título mesiánico o cristológico.

Es también llamativo lo que un maestro nos transmitió acerca del idioma Sánscrito, uno de los lenguajes más antiguos entre los indoeuropeos.

Pues bien, “Amén” es la forma hebrea del sánscrito”.

Como dijimos,solemos utilizar esta palabra para concluir cualquier oración.

Pero hay un misterio oculto o místico del cual pocos se percatan al decir:

“En el nombre de Jesús, Amén”.

Lo que estamos diciendo es que oramos “en el nombre de Jesús .

Esto va más allá que una simple fórmula para poner punto final a una plegaria.

”Amén” es una voz para evocar, llamar, invocar al santo Espíritu de Dios.

Claro está que ninguna fórmula es mágica en sí misma si no está acompañada de una vida en obediencia a los mandamientos del Señor.

Pero esto es otro tema.

Veamos ahora para finalizar algo que sorprende cuando estudiamos la estructura de la palabra Amén, junto a otras de parecida construcción.

El hebreo tiene, por decirlo así, palabras y términos que se asocian unos a otros, construyendo un mundo de infinitas e inimaginables connotaciones.

Esa construcción gramatical no solo es eso, sino que conlleva elementos sagrados, matemáticos, y hasta de carácter musical y psicológicos.

Comprobemos estas estructuras con ligaduras gramaticales y espirituales en las palabras:

“AMEN”,”FE”, “VERDAD”,y “ADAM”(en hebreo “Amén”,”Emuná”, “Emet” y “Adam” “humanidad”-). AMEN lef , Men , Nun. FE (emuná) = Alef ,Men , Nun, Hei. VERDAD(emet) Alef ,Men, Tav. ADAM (humanidad) Alef,Dálet, Men.

Si observamos la estructua de las dos primeras (amén y emuná) notamos la notable similitud de contenidos.

Cuando exclamamos “Amén” estamos diciendo también “Yo creo”.

Esto me hace pensar en “la estructura” del Mesías, el Señor Jesús, pues el es el Verbo de Dios, el Amén de Dios.

Así como el Adam primero,Jesús de Nazaret supo vivir en armonía con los dos mundos,el Superior y el Terrenal.

Y la gran lección de todo esto es que al hombre se nos ha concedido el poder de UNIFICARNOS

Gracias al Hijo del Hombre, el Redentor, se abre la puerta por donde podemos regresar y recuperar nuestra herencia que perdimos en Edén.

¡ Gracias sean dadas al Padre y Dios de nuestro Señor Jesucristo por todas las edades ! Amén.

“El es el Dios del Amén.

El nunca cambia.

Lo que El hace nunca cambia.

El lo habla y así queda.

El lo hace y para siempre es hecho.

Nadie puede quitar o agregar a lo que El dice, Así sea. Amén. Así sea.

¿No está usted contento que sirve a un Dios como este?

Usted puede conocer su posición exacta con El en cualquier momento.

El es el Dios de Amén y no cambiará……podemos ver nuevamente por qué el diablo odia los libros de Génesis y Apocalipsis.

El odia la verdad.

El sabe que ésta prevalecerá.

El conoce cómo será su fin, y cómo lucha en contra de eso.

Pero nosotros estamos del lado victorioso.

Nosotros(quiero decir con esto solamente los creyentes de Su Palabra) estamos al lado del Amén.”

Definición de Amén:

Esta palabra es observada o aplicada comúnmente en la finalización de las oraciones emitidas hacia los oídos de Dios, esto es debido a que la palabra amen significa “así sea”, siendo así una expresión de aprobación utilizada única y exclusivamente para rezos o versos religiosos, demostrando así que el individuo otorga el consentimiento y aprobación de todas las acciones expuestas a lo largo de la oración.

Amén

Esta palabra es de origen hebreo, y por ende es utilizado en distintas religiones como el judaísmo, el cristianismo, evangelio, y el catolicismo observándose en la finalización de cada oración de estas religiones;

La raíz de la palabra amen describe firmeza y en hebreo su significado concuerda con la palabra “fe”.

De acuerdo a la religión practicada la palabra amen puede diferir en algunos significados:

En el cristianismo, como se mencionó anteriormente se utiliza para dar un cierre en las oraciones pronunciadas, esto se genera por la pronunciación de esta palabra por parte de Jesús al iniciar algunas palabras para sus seguidores; en el judaísmo esta palabra es aplicada en distintas ocasiones, no solamente para la finalización de una oración, sino que también es aplicada como respuesta al recibir una bendición, al iniciar o finalizar una frase donde exponga sobre el aspecto religioso, de hecho para los hebreos la palabra amen dependiendo de la ocasión utilizada su significado puede variar a :

Dios, el rey en quien se confía”.

La palabra amen no solo posee un uso exclusivo para el ámbito religioso, de acuerdo a su concepto o significado puede ser aplicado en numerosas ocasiones ajenas a la religión, tales como en frases como:

“Todo lo que diga es paz y amen”

En esta ocasión se refiere a la palabra amen como sustituto del Sí, otro ejemplo seria “que todo esté listo en un santiamén” significa que la ejecución de la función sea rápida, es decir, sería el sustituto de acelerado o “en un segundo”, otra expresión seria “entrar en los amenes” utilizando el amen de forma plural, haciendo referencia a hacer acto de presencia en la finalización del evento.

Su significado es tan concreto, tan especial, que no tiene correspondencia en otros idiomas.

Amén es una palabra cuyo uso en lengua hebrea es muy antiguo.

Desde el punto de vista etimológico, “amén” es una palabra hebrea que deriva del verbo hebreo “aman”, que se usa para reforzar o confirmar algo pues, básicamente, significa:

‘Que conste’ o ‘en verdad’.

Es por esto que la tradición judeocristiana ha mantenido inalterada esta palabra sin traducirla, dado que cualquier traducción empobrece el sentido original de la palabra, que se usa en relación a lo sagrado pues, en sentido estricto, sólo se puede decir amén en referencia a Dios.

Es claro pues que ésta palabra es un vocablo de origen semita y con el tiempo su uso fue extendido al cristianismo; por esto el término «amén» es muy utilizado en la Biblia.

El término ‘amén’ se usa para confirmar algo:

‘Así es’, o para afirmar que algo tiene que ser: ‘así sea’.

Pronunciar esta palabra es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con el objetivo de ratificar una proposición o unirse a ella o a una oración.

Por eso, expresado en forma grupal en el ámbito de un servicio divino u oficio religioso, también significa ‘estar de acuerdo’ con lo expresado.

La palabra Amén es una expresión que Jesús utiliza en los evangelios para iniciar un discurso dándole una connotación de solidez y contundencia por esto Él decía:

‘En verdad, en verdad os digo’.

Fuente de investigación

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