
Nuestro huesped de honor:
Ciudad de Santa Fe
El Padre Ignacio
El Padre Ignacio Peries Kurukulasuriya estuvo en nuestra ciudad y fue declarado Huésped de Honor por el Concejo local.
La concejala Fanny Jara, autora de la iniciativa, hizo entrega de la distinción al párroco en el recinto de Sesiones con el acompañamiento de sus pares legislativos, el personal del Concejo, autoridades eclesiásticas, municipales y provinciales y numerosas personas que participaron de la sesión de este jueves.
En una sesión ordinaria del Concejo Municipal, pero con una mística especial, se desarrolló una jornada diferente en el recinto legislativo.
En un horario atípico, la sesión tuvo lugar pasada las 11 hs. de la mañana.
El ambiente se presentaba cargado de sensaciones diferentes, todas aquellas que pueden naturalmente transcurrir en el ser humano cuando se está en proximidad con lo divino.
Emoción, incertidumbre, ansiedad, pero fundamentalmente alegría, fue lo que se vivió por algunas horas; antes y después de que él se hiciera presente.
Es que en esta sesión particular, el punto central fue la visita de una persona muy especial, el:
“Padre Ignacio”.
La iniciativa fue encarada por la concejala Fanny Jara, quien tomando conocimiento de la visita del párroco a la ciudad con motivo de un homenaje y reconocimiento a su labor pastoral por parte de la Cámara de Senadores de la Provincia; solicitó al Cuerpo legislativo local, declararlo “Huésped de Honor” en nuestra ciudad.
La visita
Con el cielo cargado de lluvia y una multitud de personas en la puerta del edificio legislativo, en el hall y el recinto de sesiones, arribó el Padre Ignacio a nuestra ciudad.
La concejala Fanny Jara fue la encargada de recibirlo y llevarlo a la Sala de Reuniones “Agustín Zapata Gollán”, donde fue saludado por el Presidente del Concejo, Leonardo Simoniello y la totalidad de los ediles.
Más tarde, alrededor de las 11:30, comenzó oficialmente la sesión.
El Padre Ignacio tomó asiento en el lugar dispuesto para él y, de manera sencilla y espontánea, saludó a cada una de las personas que se encontraban en su cercanía.
Luego, el presidente del Concejo Municipal, Leonardo Simoniello, le dio la bienvenida formalmente y acto seguido, le cedió la palabra a Fanny Jara para darle tratamiento a la declaratoria de su autoría.
Al momento de tomar la palabra, Jara se pronunció en representación de todo el Cuerpo y manifestó:
“Esta distinción tiene por objeto reconocer su labor no solamente a nivel local, sino nacional e internacional.
Me resulta difícil encontrar en este momento las palabras adecuadas para expresar el beneplácito que significa el hecho de declararlo Huésped de Honor de la Ciudad de Santa Fe, y comentar además que cuando traje la idea del proyecto, mis pares no dudaron en acompañar esta mención.
Así que esta Declaración es autoría de todos los concejales de esta ciudad de Santa Fe y quiero destacarlo particularmente porque como Usted sabrá su figura excede cualquier tipo de ideologías y creencias…”.
Y continuó:
“Con este significativo hecho en el recinto de nuestro Concejo Municipal, pretendemos otorgarle humildemente una caricia del pueblo santafesino, como una muestra de agradecimiento y manifestación de reciprocidad por todo lo que usted le ha brindado”.
Fanny Jara, muy emotiva, continuó su relato intentando expresar la importancia de la obra del párroco y la paz que lleva a cada habitante que se encuentra en situaciones difíciles.
“En este recinto valoramos el fervor religioso con el que Usted predica y sus constantes obras solidarias y humanitarias, acercándose a los vecinos y a sus necesidades más concretas, principalmente a aquellas personas más necesitadas que acuden en busca de su bendición”.
Finalmente, la concejala destacó:
“En sus palabras humildes y más claramente en su conducta de vida, nos recuerda que todos poseemos en nosotros diferentes dones.
Y que independientemente de nuestras convicciones y nuestras búsquedas, todos somos capaces de servirnos de aquellas capacidades que están en nuestra mano, porque finalmente, poseemos la libertad para elegir usarlos en bien de nuestra humanidad”.
Vida y obra:
El Padre Ignacio Peries Kurukulasuriya nació el 11 de octubre de 1950 en Balangoda, Sri Lanka (ex Ceilán) y a los 29 años fue ordenado sacerdote en Inglaterra en la Cruzada del Espíritu Santo.
Al poco tiempo fue designado para trabajar en Argentina, radicándose en el pueblo de Tancacha de la provincia de Córdoba en el año 1980.
A los pocos meses, cumpliendo con su deber religioso, fue enviado a la ciudad de Rosario para reemplazar al Vicario de la parroquia Natividad del Señor.
A partir de este momento, comenzó su misión en Argentina brindando apoyo sacerdotal y espiritual en varias parroquias de la región y convirtiéndose en un personaje central para la iglesia por su enorme popularidad y adhesión de fieles.
Actualmente, el párroco desempeña su actividad pastoral en la Parroquia Natividad del Señor y como Director General de la Cruzada del Espíritu Santo en el mundo.
Realiza constantemente obras de solidaridad y humanitarias acercándose a los vecinos y sus necesidades más concretas, oficia tres misas diarias, da charlas a los jóvenes, bendiciones a los adultos y atiende entre 300 a 400 personas diarias.
Hoy su actividad es la parroquia.
Estar al servicio:
El Padre Ignacio compartió unas palabras en el recinto y contó cómo comenzó su experiencia de servicio con los más humildes.
Una experiencia que tal como lo expresó, se inició por respetar el mandato de sus padres.
“Dedicar mi vida a los demás, comenzó por algo muy simple, muy maravilloso.
Yo estudiaba en la Universidad y cada vez que regresaba a casa por vacaciones papá me decía que había chicos humildes en el pueblo que necesitaban que alguien los ayudara a superar su ignorancia y que no tenían recursos para pagarles a maestros particulares.
Pero yo le decía que no quería ver ningún libro, ninguna enseñanza y que en dos meses debía volver a la facultad.
Entonces mi padre me decía:
“Dios te ha dado tantas cosas, aprendí a compartir aunque sea un poquitito con ellos”.
“Decidí cumplir con lo que mi padre me decía y en cada regreso, ayudaba a esos chicos en diferentes materias.
Hasta que en una ocasión, recibo un sobre oficial y sin saber lo que contenía, abrí el sobre y vi el agradecimiento de todos los chicos que habían alcanzado altas notas en sus calificaciones.
Ahí empecé a pensar qué sería si se hacía con amor, porque yo hasta ese momento lo había hecho sólo por obedecer a mi padre y qué lindo sería compartir con amor, dándole al otro lo que necesita.
A partir de esa instancia, fui yo quien me ofrecía a ayudarlos durante todas mis vacaciones”.
En otro momento de su discurso, el Padre reflexionó:
“Mi misión es dar lo que está a disposición para hacer feliz a cualquier ser humano.
Más allá de las creencias, debajo de las ropas, todos somos humanos.
Yo creo que en esta humanidad que compartimos, dignificamos la hermosa misión que tenemos en esta vida.
La conciencia es lo que nos recompensa en este largo camino que tenemos”.
Por otra parte, el Padre Ignacio celebró la visita a nuestra ciudad y se alegró de ser un santafesino más y expresó:
“Yo no busco ni poder, ni plata, ni orgullo, simplemente me siento uno más del pueblo”.
Y finalmente, dejó un mensaje para todos los concejales:
“Hay que discutir, opinar, escuchar.
Tenemos que ser útiles, porque eso es lo que despierta una respuesta al pueblo.
Tenemos que brindar aquellas respuestas que dignifiquen la vida de quienes más lo necesitan.
Que Dios los bendiga e ilumine siempre”.
La postal que desplegó esta visita en nuestra ciudad de Santa Fe, constituye un hecho pocas veces visto.
Tal vez sea la fe, tal vez las ganas de estar mejor o de ser mejores personas lo que generó en la comunidad santafesina la alegría de recibir a este especial Huésped de Honor.
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