“La vida es lo que hacemos de ella” (aforismo hindú)
“Con la vida ocurre lo mismo que con los chistes: lo importante no es lo que duren, sino lo que hagan reir”
(Anthony de Mello)
Observo muy a menudo una gran contradicción, la mayoría de estos profesionales son inteligentes, muy trabajadores y grandes gestores de recursos, pero tienen dificultades para gestionar su recurso más valioso: su propia vida.
Hay muchos excelentes profesionales que pagan un precio excesivamente alto por su salario.¡Qué gran paradoja! Pagan un precio en estrés, esfuerzo, dedicación, renuncia a la vida familiar, renuncia al tiempo libre, renuncia al cuidado físico y emocional de sí mismos, etc, muy superior al valor del dinero que se les entrega en el banco al final de cada mes. La gran mayoría de estos profesionales estableció como principal valor la seguridad de un buen puesto de trabajo, bien remunerado, y con el tiempo fue olvidando aquello que le hacía sentirse vivo, aquello que daba sentido a su vida, aquello que le llenaba, que le hacía feliz.
De alguna manera, a menudo se juega a una especie de escondite con uno mismo al que se llega por el siguiente pacto interior: “okey, ahora voy a trabajar duro para ganar plata, luego, cuando la tenga, podré hacer lo que realmente me gusta”
BASTA YA DE JUGAR AL ESCONDITE DURANTE TODA LA VIDA CON NUESTRO VERDADERO YO!
Porque afirmo que una vida con sentido no aparecerá jamás detrás de la seguridad de un empleo no deseado, sino con la vinculación de nuestras capacidades y pasiones con nuestro quehacer cotidiano, esto es, cuando vocación y pasión coincidan. Porque es entonces y solo entonces cuando la palabra trabajo se eleva y deviene creación.
Por qué no empezamos a abandonar falsas seguridades y a mostrarnos realmente como somos?
¿Quién se está ocupando de meternos miedo?
¡Por favor, respóndame!
“La mente es como un paracaídas:
No sirve de nada si no se abre”
Libro: La brújula interior, Alex Rovira Celma.
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