
EL REENCUENTRO CON LA ARMONIA.
Kwan Yin
Hablábamos de que los frutos de hoy son las semillas del pasado, que toda acción efectuada en algún momento de la vida tiene su repercusión más adelante en el tiempo.
Hablábamos de que la sociedad humana, con todos sus conflictos, no está haciendo otra cosa que recoger lo que su propia siembra plantó tiempo atrás.
Y también comentamos que la humanidad avanza por su camino evolutivo, de la misma forma como lo hace un río que va descendiendo por las laderas de una montaña.
El poder de la resistencia a ser feliz.
Hoy quisiera decirles algo más:
Cada sonrisa que ustedes hayan esbozado tendrá un eco que se escuchará en algún momento en el futuro; las sonrisas engendran sonrisas y las lágrimas engendran más lágrimas.
Olviden el llanto y entréguense de lleno a la felicidad, que su vida presente pueda ser la semilla de felicidad que siembre los ecos que llenarán de armonía su futuro.
Cierto es que las lágrimas, en ocasiones, nacen de una profunda felicidad, pero, en esos momentos, las lágrimas no hacen sino desmoronar las limitantes, las creencias y los valores que impedían al ser humano alcanzar una felicidad; las lágrimas son el resultado de la resistencia que hace el ser humano por evitar ser feliz.
El sentimiento de culpabilidad.
Esos sentimientos de culpabilidad que los inclina erróneamente a sentirse identificados con todos los desdichados de la humanidad.
No se necesita estar triste ni tener problemas para ayudar a las personas necesitadas, no se necesita ser uno de ellos para ayudarlos, es mil veces mejor proyectarles una imagen de felicidad, de espiritualidad, de paz interior, y extender la mano para que todos puedan alcanzar esos valores.
El desdichado que es auxiliado por otro, simplemente se identifica y multiplica su dolor haciéndose fuerte, sintiendo que ahora son más los que se encuentran en la misma situación; no es eso lo que buscamos, si vamos a unirnos todos, que sea en el reino de la felicidad, si vamos a extender nuestras manos, que sea para sacarlos del estado en que se encuentran y no para sumergirnos nosotros junto con ellos.
Fácil es ayudar a otra persona proyectándole una imagen similar a la que tiene; te ayudo porque yo también estoy triste, o te ayudo porque yo también tengo un problema y, entonces, el mal de uno se convierte en mal de dos y la ayuda que se puede proporcionar es limitada, porque entonces, la persona encuentra una excusa más para persistir en su tristeza.
¿Quién puede ayudar?.
Sólo el que ha encontrado un camino puede ofrecer la opción a los demás; sólo aquél que ha alcanzado la felicidad puede guiar a otros a conseguirla, y los demás se sentirán motivados e impulsados para seguir a ése que ha alcanzado lo que todos buscan.
Por eso hoy vengo a decirles:
Es muy importante que todos hagan de este camino su ruta a la felicidad, el sendero que los lleve, paso a paso, al reencuentro con la armonía y el gozo interior y exterior; ya basta que los iniciados piensen que deben ser humildes y pordioseros para acercarse al mundo, si por humildad se entiende la pobreza, es una de las más grandes equivocaciones.
Si por humildad se entiende el sentimiento de hermandad entre todos los hombres, sin importar su clase o condición social, entonces es un bello ideal, no es necesario automartirizarse para salir como apóstol a salvar almas, es preciso alcanzar la gloria de la felicidad, es preciso que, cada palabra, cada acción, cada cosa que se haga, sea igualmente un ejemplo vivo de lo que una persona puede hacer cuando se adentra en el sendero de la iniciación.
La realización del ser humano.
La realización suprema del ser humano reside en esa tierra misteriosa llamada felicidad, porque, el hombre que es feliz, es el hombre que se realiza en todos los terrenos, en todas sus actividades, en todos sus papeles dentro de la sociedad, ese es el camino y el sendero por el que todos debemos seguir.
Que las aparentes miserias del mundo exterior no engañen sus ojos espirituales; detrás de los cuerpos enfermos, de las caras demacradas, de las lágrimas que son derramadas por millones cada día, detrás de todo ese tenebroso panorama se encuentran espíritus aprendiendo, se encuentran seres evolucionando, se encuentran hermanos que buscan aprender el arte de vivir; convirtámonos en sus guías, en sus instructores, en sus mentores, y eliminemos ese sentimiento desgarrador que sufren las personas cuando viven envueltas en problemas y carecen de la preparación para resolverlos.
Fuente: El Camino hacia la Felicidad, por la Maestra Kuan Yin – difundido por la Ciudad Virtual de la Gran Hermandad Blanca
La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, sino de lo que pasa dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad es un asunto de valentía; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado.
La felicidad es un estado de la mente. No somos felices en tanto no decidamos serlo.
La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos; pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestros corazones en nuestro trabajo y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad no tiene recetas; cada quien la cocina con la sazón de su propia meditación.
La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida
– Nathaniel Hawthorne
El amor no es sólo un sentimiento. Es tambien un arte.
Honoré de Balzac
El Arte debe ser como un espejo, que nos revela nuestra cara.
Jorge Luis Borges
un articulo muy ineresante