Nuestro crecimiento espiritual
Exige que nos enfrentemos a muchos desafíos y pruebas a lo largo del camino.
Aunque tenemos que hacer frente a esas pruebas, no es preciso que lo hagamos solos.
Tenemos la tranquilidad de aquel que dijo:
«Venid a mí los que estáis atribulados y cargados…
Porque mi yugo es suave y mi carga, ligera.
Si deseas ver el cambio, comienza por curar las partes heridas de tu propia psique.
Perdónate tus errores.
Quítate la viga de tu ojo para que puedas ver a tu vecino con mayor claridad.
La Piedra Filosofal
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