Multitudinario acto de fe en el Vía Crucis del padre Ignacio.
Como ocurre cada Viernes Santo, fieles de todas partes se acercaron al barrio Rucci para recorrer las 14 estaciones de la ceremonia encabezada por Ignacio Peries.
Asistieron cerca de 300 mil personas, según cálculos oficiales.
“Así me hacen sentir que vale la pena ser sacerdote”, agradeció el carismático cura.
Después de recorrer las 14 estaciones, Ignacio habló desde la Gran Cruz.
Padre Ignacio Peries:
El multitudinario acto de fe volvió a repetirse en el barrio Rucci de Rosario.
Como ocurre cada Viernes Santo desde hace 33 años, fieles de todas partes se acercaron a la zona de la parroquia Natividad del Señor para recorrer las 14 estaciones del Vía Crucis encabezado por el carismático padre Ignacio Peries.
En esta oportunidad, la noche agradable y la luna llena de luz dieron un marco ideal a la procesión que fue seguida por casi 300 mil personas, según estimaciones oficiales.
“Es el Vía Crucis número 33, justo la edad de Cristo”, dijo entusiasmado Ignacio minutos antes de las 20.30, para dar inicio al recorrido.
Cada estación incluyó oraciones y cánticos que fueron seguidos con atención, silencio y emoción por el público que arribó a la zona norte de la ciudad desde diferentes puntos de Rosario, localidades vecinas y otras partes del país.
Mujeres y hombres de todas las edades, siguieron paso a paso al sacerdote a la espera del mensaje final, junto a la gigantesca cruz de Camino de los Granaderos y Palestina.
Las estaciones incluyeron canciones en italiano y palabras en inglés que Ignacio pronunció para los llegados de otros países.
Algunas personas llevaban fotos de familiares y pedían por ellos.
También levantaban rosarios y hasta botellas de agua mineral, esperando la bendición del sacerdote.
La procesión convocó a una muchedumbre desde temprano.
“Este año como nunca comenzaron a llegar muchísimos fieles desde la tarde.
Estimamos que la cantidad iguala o supera a la del año pasado.
Calculamos que unas 300 mil personas estuvieron presentes”, dijo a Rosario3.com, el secretario de Seguridad de la provincia, Marcos Escajadillo, quien siguió la ceremonia junto a la intendenta Mónica Fein.
Jóvenes del barrio Rucci que se acercaron al Vía Crucis reconocieron que el barrio se transforma cada Semana Santa.
“El padre Ignacio es un buen tipo”, dijo uno de los chicos y su grupo asintió.
Todos señalaron el carisma especial del sacerdote como el principal motivo de tanta convocatoria.
Cerca de ellos, una mujer de Villa Gobernador Gálvez contó que se decidió a ir por primera vez para pedir trabajo para su esposo.
Aseguró que la llegada al Vía Crucis la había transformado y prometió volver para agradecer el próximo año.
En el camino, antes de llegar a la cruz gigante de la estación 14, las personas se mezclaban entre puestos ambulantes y agentes de seguridad.
Efectivos policiales, médicos del Sies y personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) acompañaron a la multitud y prestaron asistencia junto a los colaboradores de la parroquia.
Un camión de ex combatientes de Malvinas repartió mate cocido entre los que llegaban algo cansados o sintiendo el fresco de la noche que empezaba a bajar.
La bendición final estuvo acompañada de aplausos y ojos emocionados de los miles que se acercaron al escenario ubicado detras de la gran cruz de hierro.
El padre Ignacio oró por los que no tienen salud, por los que buscan trabajo y para los que no tienen vivienda.
Luego le dijo a sus seguidores:
“Gracias, ustedes son mi familia.
Así me hacen sentir que vale la pena ser sacerdote”.
Después de la oración, los colaboradores de la parroquia acompañaron a Ignacio a saludar a hombres y mujeres que se encontraban detrás del vallado montado alrededor del escenario.
La imposición de las manos del sacerdote les sacó una sonrisa a los fieles que le agradecieron que se haya acercado hasta ellos.
La convocatoria de Ignacio Peries volvió a sorprender, tal como sostuvo el propio cura antes de la ceremonia.
Reunió a casi 300 mil personas en una ciudad de un millón de habitantes.
Números, para tener dimensión de la gran convocatoria en el barrio Rucci.
Un fenómeno que volvió a repetirse.
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