Peregrinación a Guadalupe – Una Fiesta que nos identifica – Hablemos de Nuestra Madre

Peregrinación a Guadalupe:

Una Fiesta que nos identifica, que personalmente lo és, por vivir a poquitas cuadras de la Basílica.

2019, Año de la Vida.

Madre, danos fuerza para amar la vida

4 y 5 de Mayo, en Javier de la Rosa 623, Santa Fe (Argentina) celebraremos y adoraremos a nuestra:

Patrona de la ciudad de Santa Fe.

Hablar de la Peregrinación a Guadalupe es hablar de una Fiesta

Conocida no sólo por los habitantes de la ciudad de Santa Fe sino por toda nuestra provincia, provincias vecinas y por peregrinos, turistas y santafesinos que viven en el resto del país y en otros países.

Hablar de Guadalupe es hablar de una rica historia que comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII, fue tomando fuerza en el XIX, se extendió y consolidó en el XX, y permanece con toda su vitalidad en los orígenes de nuestro siglo XXI.

Hablar de Guadalupe es hablar de la fe que está en el origen de este lugar y que se manifiesta de maneras elocuentes.

Caminos de fe que sólo el amor de los peregrinos, el amor maternal de María de Guadalupe y la gracia de Dios pueden explicar.

Explicación que no es irracional pero que supera lo que la razón puede alcanzar y lo que las palabras pueden expresar.

Una fe que se manifiesta de una manera tan sencilla como profunda, y que abarca al campesino y al hombre de la ciudad, al adulto y al niño, al anciano y al joven, al varón y a la mujer, al ciudadano del centro y al del barrio periférico, al que más tiene, al de la clase media y al pobre.

Hablar de Guadalupe es hablar de personas que han marcado este lugar.

Personas que tienen nombre y apellido:

Francisco Javier de la Rosa, Antonia Godoy, Mons. Juan Agustín Boneo, el Padre Genesio y el Padre Trucco.

Personas conocidas cuyos nombres han quedado relacionados con Guadalupe de una manera precisa, pero también muchos varones y mujeres cuyos nombres, rostros, trabajos e historias sólo ellos, la Virgen y Dios conocen.

Hablar de Guadalupe es hablar de la belleza de su Basílica, de la historia de su construcción, de esa historia que nos dice que el 8 de mayo de 2.010 se cumplieron  100 años de la inauguración del templo, que había comenzado a construirse también un 8 de mayo, pero de 1.904.

Hablar de Guadalupe es hablar de un barrio que fue construyéndose en torno a la presencia de la Virgen, y que de su advocación tomó su nombre y su identidad.

Es hablar de un punto de referencia para quienes viven en Santa Fe, y de un lugar que todo visitante de la ciudad se siente llamado a visitar por su historia y por su valor espiritual.

Hablar de Guadalupe hoy es hablar de la Peregrinación que alcanza la 119° edición.

Es hablar de un lugar de encuentro con Dios, con nuestra Madre y con nuestros hermanos.

Es un centro que convoca con su sola presencia y que transmite paz, serenidad y esperanza, como la presencia de toda madre.

Es un lugar en el que podemos encontrar todas las realidades humanas que van al encuentro del amor maternal de María y de la presencia de Dios.

En Guadalupe se encuentran el que tiene trabajo y lo agradece, como el que no lo tiene y viene a pedirlo; el que quiere agradecer la vida de familia, pero también quien está sufriendo por algún problema familiar; el que lleva una vida práctica de fe como quien tiene fe pero sin encarnarla demasiado en su vida concreta; quien se siente parte de la Iglesia como quien vive su fe de manera individual.

A todos los une la confianza y el amor a la Virgen.

La Peregrinación de este año nos habla de un lema bien preciso:

“Unidos por María para combatir la pobreza y construir la Paz”, inspirado en el lema de la Jornada Mundial de la Paz de este año y teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo, y también sufriendo, en todos los niveles.

Ya Juan Pablo II había subrayado las repercusiones negativas que la situación de pobreza de poblaciones enteras acaba teniendo sobre la paz.

«Se constata y se hace cada vez más grave en el mundo –decía Juan Pablo II– otra seria amenaza para la paz: muchas personas, es más, poblaciones enteras viven hoy en condiciones de extrema pobreza.

La desigualdad entre ricos y pobres se ha hecho más evidente, incluso en las naciones más desarrolladas económicamente.

Se trata de un problema que se plantea a la conciencia de la humanidad, puesto que las condiciones en que se encuentra un gran número de personas son tales que ofenden su dignidad innata y comprometen el auténtico y armónico progreso de la comunidad mundial”.

¡Y lamentablemente la situación no ha mejorado!

Al hablar de la pobreza el Papa Benedicto XVI recuerda su realidad compleja ya que “no existe sólo una pobreza material, sabemos que hay pobrezas inmateriales, que no son consecuencia directa y automática de carencias materiales.

Por ejemplo, en las sociedades ricas y desarrolladas existen fenómenos de marginación, pobreza relacional, moral y espiritual: se trata de personas desorientadas interiormente, aquejadas por formas diversas de malestar a pesar de su bienestar económico.

En las sociedades definidas como «pobres», el crecimiento económico se ve entorpecido por impedimentos culturales, que no permiten utilizar adecuadamente los recursos.”

Combatir la pobreza para construir la paz es una tarea que compete de una manera especial a las autoridades y no se presenta como un trabajo sencillo, sino como un compromiso constante, que comprende acciones de fondo y a largo plazo.

Como el mismo Papa lo recuerda, “es innegable que las políticas marcadamente asistencialistas están en el origen de muchos fracasos en la ayuda a los países pobres.

Parece que, actualmente, el verdadero proyecto a medio y largo plazo sea el invertir en la formación de las personas y en desarrollar de manera integrada una cultura de la iniciativa.

Desde este punto de vista, no hay que hacerse ilusiones pensando que una política de pura redistribución de la riqueza existente resuelva el problema de manera definitiva.

Por eso, hace falta una cultura de la iniciativa, tener capacidad para aprovechar de las riquezas y no sólo para consumirlas.

Sólo así se puede tener una lucha eficaz y duradera contra la pobreza.”

Pero, es bueno recordar que la solución al problema de la pobreza no depende solamente de los estados, también están implicados los mercados (que muchas veces condicionan a los estados) y la participación de toda la sociedad civil.

Esta lucha nos involucra de una manera especial a los cristianos ya que en esto, como decía León XIII,

«Que se ciña cada cual a la parte que le corresponde»

.
Hablar de Guadalupe este año implica para la Iglesia en Santa Fe
, comenzar a recorrer el camino de la segunda etapa de la misión Arquidiocesana, destinada al cordón sur, oeste y norte de nuestra ciudad.

Implica salir al encuentro de quienes están esperando un gesto concreto de amor de parte de la Iglesia.

Implica asumir la consecuencia lógica de quienes en Jesús han encontrado el Camino, la Verdad y la Vida:

Anunciarlo con iniciativa, valentía y alegría.

En este camino, la Virgen María se presenta como modelo de misionera llevando la presencia, el amor y la obra de Dios a las distintas personas y situaciones con las que se encontraba.

Así la vemos visitando a su parienta Isabel, que estaba embarazada, permitiendo el encuentro entre Jesús y los pastores de Belén, abriendo el camino para que Jesús manifieste su obra en las bodas de Caná.

También lo hace hoy cuando su presencia materna en Guadalupe convoca a miles de peregrinos para llevarnos a Jesús.

Fue y es misionera llevando a Dios a las situaciones cotidianas de la vida del hombre:

Una enfermedad, el trabajo, el amor de los novios y de los esposos, un embarazo, el sufrimiento de una madre, la preocupación de un padre, la alegría de un amigo, la esperanza o la desorientación de un creyente.

Por todo esto, hablar de Guadalupe….

Es mirar el pasado con admiración y agradecimiento, asumir el presente de una manera comprometida y confiada y construir el futuro de la mano maternal de María que nos une como hermanos.

Nota escrita por el P. Olidio Panigo

Delegado Episcopal para la Basílica de Guadalupe

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1 comentario en Peregrinación a Guadalupe – Una Fiesta que nos identifica – Hablemos de Nuestra Madre

  1. Nuestra Madre del cielo siempre presente en la vida de Santa Fe , en cada acontecimiento como lo dice la nota del padre Panigo aquí abajo. Este fin de semana fué especial .TODOS PEREGRINANDO A LA CASA DE MARÍA . NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE , RUEGA POR NOSOTROS !!!

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