
17 de Agosto – Los Argentinos conmemoramos la muerte del General San Martin
El 17 de agosto los argentinos conmemoramos la muerte del General José Francisco de San Martín y Matorras, el libertador de América.
El mismo nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, Corrientes, y murió el 17 de agosto de 1850 en Boulogne Sur Mer, Francia.
Fue un militar cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de nuestro país.
Sumadas las de Chile y Perú.
Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica durante la colonización española.
En Argentina, no sólo es considerado el Padre de la Patria, sino que se lo considera un héroe y prócer nacional.
En 1781, cuando tenía tres años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires, para luego embarcarse rumbo a España.
Allí comenzó sus estudios, donde aprendió latín, francés, castellano y alemán, entre otras actividades.
En 1789, a los once años de edad, comienza su carrera militar en el Regimiento de Murcia, mientras estallaba la Revolución Francesa.
Luego de varias campañas en las que se destacó y fue logrando muchos ascensos, decidió retornar a nuestro país para participar de la insurrección contra España.
En 1812 regresa a Buenos Aires con el grado de Teniente Coronel.
Una vez en Argentina, creó el Regimiento de Granaderos a Caballo para frenar el avance de los Realistas en las costas del Paraná.
El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes, en dirección a Chile, para liberar al país vecino del poder realista.
El éxito se produjo con la batalla de Maipú, donde obtiene definitivamente la victoria, asegurando finalmente la independencia chilena.
El 20 de agosto de 1820 San Martín partió de Valparaíso con el Ejército Libertador del Perú, con 4000 hombres.
Como las tropas no eran suficientes, evitó el choque directo con los realistas, cortó las líneas de comunicación y de abastecimiento y consiguió el apoyo de la población local.
Enfrentado a 20 mil efectivos, desplegó una guerra de desgaste y fomentó la rebelión en las filas enemigas.
El 10 de julio de 1821, tras varios combates, entró en Lima y ocupó la ciudad.
Sin embargo, no se aseguraba aún la victoria final ya que existía indefinición a nivel militar.
Decidió entonces dar un paso trascendente en el terreno político:
Después de confirmar que la población estaba de acuerdo, el 28 de julio proclamó la Independencia del Perú.
El 3 de agosto asumió la jefatura del Estado como:
“Protector de la Libertad del Perú“.
En el cargo, abolió la esclavitud, estableció la libertad de imprenta e impulsó la instrucción cívica.
Vuelto a Mendoza en enero de 1823, pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma.
Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para San Martín volver a la ciudad.
Su apoyo a los caudillos del Interior y la desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo a juicio.
Al llegar a Buenos Aires se lo acusó de haberse convertido en un conspirador.
Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse del país con su hija, quien había estado al cuidado de su abuela.
El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre (Francia).
Tenía 45 años y era generalísimo del Perú, capitán general de la República de Chile y general de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
En marzo de 1829 intentó regresar a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar:
Al saber que había vuelto a estallar la guerra civil, permaneció a bordo de incógnito, aunque fue descubierto.
Luego se trasladó a Montevideo, donde permaneció tres meses, para finalmente volver a Europa.
Fechó su testamento ológrafo en París el 23 de enero de 1844, dejando como única heredera a su hija Mercedes de San Martín, casada con Mariano Balcarce quien se desempeñaba como embajador argentino en París.
Entre sus cláusulas establecía:
Que Mercedes otorgue a su tía María Elena una pensión hasta su fallecimiento.
Que a la muerte de María Elena le otorgue una pensión a la hija de ésta, Petronila.
Que su sable corvo favorito, el de las batallas de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, «como una prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla».
Prohibió la realización de funerales y de acompañamientos hasta el cementerio.
«Pero sí desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires».
Declaraba como su primer título el de generalísimo del Ejército del Perú.
En marzo de 1848, al estallar la revolución de ese año en París, se traslada a la ciudad costera de Boulogne-sur-Mer, estableciéndose en una habitación alquilada.
Allí falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850.
En compañía de su hija Mercedes y de su yerno.
Según cuenta la leyenda, el reloj de la casa dejó de funcionar a esa hora y aún sigue marcando las 3 en punto.
Fuente de investigación.
Ayer cumplió 105 años la señora Elena Eva San Martín, descendiente del general San Martín, cuya residencia es en Córdoba.