Muchos de vosotros tal vez ya conozcáis el Kéfir

Muchos de vosotros tal vez ya conozcáis el Kéfir

Cómo preparar :

Kéfir de agua

Muchos de vosotros tal vez ya conozcáis el Kéfir como un producto que se emplea con lácteos, pero existen otros tipos de Kéfir que pueden utilizarse con agua o con té.

Son muy sencillos de preparar y también agradables al gusto.

¿Quieres saber más sobre qué es y cuáles son sus beneficios? Podrás prepararlo en casa sin necesidad de muchos minutos.

Fácil, cómodo y sencillo de hacer además de repleto de numerosas cualidades.

Si aún no lo conoces, ¡descubre este increible probiótico!

Bueno,

¿Qué es el Kéfir y qué puede hacer por nosotros?

Es un probiótico, es decir, es un alimento con microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino.

Así dicho, verdaderamente no parece una cosa muy agradable…

Pero ejercen un importante efecto fisiológico y aportan efectos muy beneficiosos para nuestro organismo.

Una de sus ventajas como alimento es que contribuyen al equilibrio de nuestra flora bacteriana intestinal y potencian el sistema inmunitario.

No son patógenos (no producen enfermedades) sino todo lo contrario

Siempre que no se les administre a personas inmunodeficientes

Encontramos tres tipos de kéfir: el de leche, el de agua y el kéfir de té (también conocido como Kombucha), pero este último no es realmente un hongo como los otros.

A pesar de que existen estos 3 tipos, el kéfir es comunmente conocido fermentado en productos lácteos, como yogures frescos, leches, etc. Pero para aquellos que seguimos la paleodieta, existe una forma de fermentalo en agua o con frutas.

Además, el kéfir de agua tiene unas propiedades con efectos superiores al kéfir de leche.

Un texto relevante sobre los efectos del mismo es el siguiente:

“Los habitantes de las tierras del Cáucaso conocen muy bien los efectos del Kéfir.

Ya desde pequeños los niños beben el Kéfir, llegando a una edad avanzada (una media de 110 años).

Se dice que es uno de los pocos lugares del planeta donde sus habitantes llegan a la longevidad en plena salud.

Como probiótico, el kéfir de agua tiene unas propiedades muy beneficiosas:

Efecto digestivo, diurético.

Regula el estreñimiento.

Ayuda al control del peso.

Regenera la flora intestinal.

Refuerza el sistema inmunitario.

Útil en problemas de piel.

Elimina toxinas.

Ayuda a convalescientes de alguna enfermedad autoinmune.

Eliminación de gases intestinales.

Ayuda en digestiones lentas.

Elimina putrefacciones intestinales (depurativo intestinal).

Reductor del colesterol.

Protector estomacal.

etc…

Pero y esto… ¿a qué sabe?

Realmente no hay mucho que decir sobre su sabor, pues es similar a una limonada con gas.

Os recomiendo tomarla fría, es mucho más agradable, por lo que es aconsejable para los calurosos días de verano.

¿Dónde conseguirlo?

Seguramente habréis visto en vuestro supermercado algún bote similar a la leche que indica en su etiqueta “Kéfir”.

Como somos anti-lácteos, ésta no sería una opción recomendable.

Lamentablemente, la bebida de kéfir de agua no se comercializa ya fermentada, así que lo ideal es conseguir el hongo por nuestra cuenta y elaborar nosotros mismos la fermentación en agua o en té.

Puedes preguntar en un herbolario si disponen de estos tipos de hongos, es donde suelen encontrarse.

Sino, también puedes ponerte en contacto conmigo.

Cada vez que preparamos el kéfir, va creciendo poco a poco — es mejor regalarlo a medida que va desarrollándose. Nos quedamos con una parte para seguir elaborando nuestras bebidas probióticas.

Se prepara de una forma muy sencilla. Es más fácil elaborar el kéfir de leche, pero nosotros nos centraremos en el de agua, té y frutas.

Cómo preparar kéfir de agua

Necesitamos:

3 cucharadas de gránulos de kéfir

1 jarra grande de boca ancha.

1 colador NO METÁLICO.

50 grs. de miel de abeja.

(Otra opción muy válida, la cual recomiendo más que la miel es en lugar de miel, utilizar Stevia rebaudiana, apta también para diabéticos.

Tened en cuenta que la Stevia endulza bastante,

Podéis ir probando según vuestros gustos, ya seáis más o menos golosos).

1 (ó 2) higos secos.

También se puede utilizar otra fruta, por ejemplo 1 dátil o 1 albaricoque seco.

½ limón pequeño.

Previamente bien lavado y cortado en 4 trocitos

1 litro de agua

TRUCO:

Los gránulos de kéfir pueden colocarse dentro de una gasa y hacer una especie de saquito, atándolo con un hilo de algodón.

Esta es una forma de evitar luego colarlos para limpiarlos y solamente habrá que ponerlos un poco bajo el chorro del agua del grifo, siempre el agua muy suave.

Para prepararlo hay que verter todos estos ingredientes en la jarra y remover.

Pasadas 24 horas, removemos de nuevo.

Se puede tapar con un trapo o paño de cocina limpio.

IMPORTANTE:

Cada día el ácido carbónico que se va formando en la jarra aumenta.

No debe taparse el recipiente herméticamente:

Podría estallar.

Se tiene que dejar fermentar un mínimo de 2 días y como máximo 3, no más, porque luego puede estar amargo.

Dependiendo para qué queramos emplearlo lo dejaremos más o menos días:

– 24hrs efecto laxante

– Entre 36-48hrs resto de propiedades reguladoras.

Mientras fermenta, podemos dejarlo a la claridad, pero nunca sin luz directa, así podemos ir viendo el proceso.

La temperatura ideal a la que debe estar es a unos 20ºC.

Después de esto, colaremos el líquido y ya estará listo para consumir.

Luego lavaremos bien los gránulos de kéfir, simplemente poniéndolos bajo el agua del grifo, así podremos volver a utilizarlos. Cambiamos de recipiente y procedemos de nuevo como al principio.

Recuerda que los gránulos se reproducen mucho, así que no olvides regalarlos a tus familiares o amigos o llevarlos a alguna herbolistería.

Cuáles son las dosis en las que se debe tomar el kéfir de agua

Lo habitual es estar 1 mes o en algunos casos 2 meses tomándola, pero para afecciones como mal de estómago, basta con pocos días.

El kéfir de 24 horas actúa como laxante y es mejor tomarlo por la noche, entre 2 y 4 semanas.

Sin embargo, el de 48 horas, regula.

La beberemos diariamente. No hay que preocuparse, no altera la digestión y pasa muy rápidamente a la sangre.

Si tienes alguna afección crónica, debes beber una gran cantidad de kéfir de agua por la mañana, al mediodía y por la noche, en dosis de medio litro cada vez.

Aquí tienes una tabla para diferentes afecciones:

Afecciones de la vesícula biliar 1 litro diario

Anemia Entre 1 ó 2 litros diarios

Asma 1 litro diario (+ de 2 meses)

Catarro bronquial 1 litro diario

Cistitis 1 litro diario

Dermatitis / Eczemas beber 1/2 litro diario y aplicar sobre la parte afectada dejándolo secar.

Esclerosis 1 litro diario

Nervios 1 litro diario

Problemas renales 1 litro diario

Úlceras 1 litro diario (después de 2 meses desaparecen)

Cómo se puede conservar el kéfir de agua

– Por 2 ó 3 días:

Dejarlos en un tarro con tapa, cubiertos de agua, al fresco.

(Agua sin cloro)

– Por 3 meses:

Podemos congelarlos, previamente bien escurridos y guardados dentro de un frasco de cristal, bolsa de plástico o taper.

En realidad pueden durar más de 3 meses, pero perderá paulatinamente vigor en periodos muy prolongados.

Ten en cuenta que cuanto más baja es la temperatura en el periodo de congelación, mejor se conservarán.

Lo ideal es poner el congelador lo más frío posible durante unas horas antes de meter el kéfir y luego volver a la temperatura habitual, pasadas unas horas después.

Desidratados:

El proceso es sencillo:

Los extenderemos bien lavados previamente, sobre paño de fibra natural y los cubriremos con el mismo u otro paño igual.

Los meteremos en una caja de cartón y les daremos la vuelta cada día de vez en cuando hasta que se sequen por completo.

Hazlo con cuidado para que no se rompan.

Se puede ir cambiando el paño por otro seco y ventilarlos con un secador de aire frío o templado por debajo de 35ºC, así se acelerará el proceso.

Sabrás que ya están secos cuando veas que parecen cristalizados y ya no están nada pegajosos.

Deberían quedar casi del mismo color. Si éstos parecen estar enmohecídos o se quedan oscuros tendremos que tirarlos.

Otra forma de secarlos es:

Los extenderemos sobre un plato llano y los taparemos con una servilleta de papel. Hay que tenerlos en un lugar ventilado.

Cada día los removeremos con cuidado para despegarlos del plato.

Después de esto los puedes meter en una bolsita y guardarlos.

Para rehidratarlos:

Simplemente ponlos en agua del tiempo, así volverás a su consistencia gelatinosa.

Los hongos de kéfir deshidratados duran aproximadamente 3 meses. Pasado este tiempo hay que volver a rehidratarlos para asegurar la calidad del fermento.

El kéfir de agua de coco es también es especialmente beneficiosa para quien padece problemas intestinales, y sobretodo para problemáticas relacionadas con la candidiasis.

MonográficosNutrición

AUTOR: PALEO SYSTEM+

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