La nena eterna es la mujer dominada.
Que sabe que tiene que conseguir un hombre para casarse, someterse, que el hombre decida todo, ella cumple un rol secundario y siempre va a cumplir ese rol secundario, se transforma en esa nena dependiente.
Son las mujeres que dependen siempre de un hombre, que si no hay un hombre se mueren, que van a escuchar la voz de un hombre, que no le interesa escuchar la voz de una mujer, que van a tener conflictos grandes para relacionarse con mujeres, que la palabra de autoridad siempre va a ser la de un hombre y van a despreciar todo lo que sea mujer, porque ellas como mujeres fueron despreciadas, entonces no pueden amar el ser mujer, por lo tanto no pueden amar y bendecir a otras mujeres.
Las rebeldes eternas son como las adolescentes eternas.
Es esa mujer que en realidad tiene mucho miedo pero se pone una coraza y dice: «Yo no necesito de un hombre, yo puedo hacer las cosas sola, yo me voy a defender en la vida» y cuando viene un hombre lo echan por el miedo a ser dominadas.
En realidad la mayoría de las mujeres tenemos en realidad una nena eterna y una rebelde eterna. A veces somos nenas dependientes y a veces, somos rebeldes que nos queremos hacer las independientes y no dejamos que nadie se nos acerque a nuestra vida, y después tenemos problemas por no tener relaciones interpersonales que sean duraderas o buenas.
Estos dos patrones, siempre coexisten dentro de una mujer y en realidad detrás de una nena eterna hay una mujer con mucha bronca y con mucha violencia y detrás de una mujer muy rebelde, hay una nenita asustada, por eso, saca la rebelde, en definitiva es lo mismo y todo esto a causa de no haber tenido la imagen amorosa de un papá.
¿Se puede sanar esto? Porque vos no podés cambiar el pasado, pero sí podemos transformar nuestras vidas para lograr amarnos y salir adelante en el nombre de Jesús y eso es lo que vamos a descubrir en ésta tarde. Acá tengo un té, se llama María Antonieta, es un té blanco, más un té verde cocido a mano con una flor de crisantemo que florece tras diez minutos de infusión; era un arte imperial.
Esto cerrado, adentro contiene algo pero para poder ver lo que contiene, para ver toda la manifestación de lo que tiene adentro, lo tenemos que poner en agua, tiene que pasar por un proceso. La vamos a poner en agua caliente y la pastora Marta se la va a llevar hasta que se produzca el milagro y después lo vamos a ver, cuando termine la charla.
Vamos a ver cómo hizo Dios para trabajar en la vida de Ester.
Era una jovencita que había sido educada por su tío Mardoqueo, porque había quedado huérfana, no tenía ni mamá ni papá, o sea no tenía historia en su vida, no tenía nadie que la amara, no tenía la imagen de ese padre, de chiquita que la validara porque el padre no estaba, había desaparecido, no sabemos en qué circunstancias, si se había muerto, si se había ido, pero no tenía ni mamá ni papá, o sea, carecía de imagen femenina y de imagen masculina, que estuvieran juntos y que le dijeran somos tus padres, te hemos traído al mundo.
Y dice que la crió un tío, y éste fue fundamental para la vida de esta mujer, y te quiero mostrar dos o tres cosas que trabajó Dios en la vida de Ester y dos o tres cosas que va a tener que trabajar Dios en nuestra vida para sacar algo precioso de adentro nuestro y para que aprendamos como mujeres a amarnos porque si aprendemos a amarnos vamos a conquistar grandes sueños.
En primer lugar, Ester era una mujer que no tenía ninguna atadura emocional con el pasado. Hay mujeres que están atadas a familiares del pasado, a esposos que tenían antes, a parejas que ya pasaron y siguen atadas. Me decía una chica: Alejandra quiero salir de un hombre maltratador, mi marido era un hombre maltratador, me pegaba etc. y me dice, viste como en las películas donde matan al malo, pero en realidad el malo nunca termina de morir, así es mi ex marido, aparece todo el tiempo, yo quiero sacármelo de la cabeza, quiero alejarlo de mi vida y cuando parece que lo estoy logrando, vuelve a aparecer en escena y otra vez vuelven los golpes, otra vez vuelven los gritos, otra vez vuelve el dolor, otra vez yo a creerle y otra vez a descreerle y volver a frustrarme, o sea no se muere más. El pasado te persigue. Si querés amarte a vos misma, tenés que empezar siempre de nuevo, como si siempre fuera la primera vez en todo.
Mardoqueo le dijo; vamos a hacer una cosa, hay algo grande que vos vas a lograr y para lograr eso grande, te necesito sin el recuerdo del pasado. O sea, Mardoqueo le estaba diciendo: Querida Ester, este es tu sueño y tu sueño no tiene que estar atado a nadie del pasado, a ningún dolor, a ninguna persona del pasado.
Cuando Dios viene a tu vida a entregarte un sueño, te lo da a vos, porque confía en vos y sabe que te habilitó para lograr ese sueño. Le estaba diciendo, es un sueño nuevo. Y como sueño nuevo no importa si tuviste un papá que no te amó, o un papá que fue pasivo o que no estuvo presente, lo importante es que yo, Papá Dios, confío en lo que vas a hacer. Tal vez, todavía no hayas roto con tu pasado y arrastres todo el tiempo con ese pasado.
¿Sabés cómo te das cuenta si arrastras con el pasado?
Porque todo lo que hacés, lo hacés con culpa, aunque sea algo bueno. Hacés algo bueno pero siempre te queda una culpa de algo. Saliste a trabajar, conseguiste trabajo, pero te da la culpa de no estar con tus hijos, aunque ya los criaste y son grandes pero una culpa te trae; porque arrastrás cosas, argumentos del pasado. Y Dios te dice: Yo te necesito para que puedas amarte y conquistar ese sueño nuevo, que no tengas ninguna atadura con el pasado. Lo que Dios te da hoy, es algo nuevo y como nuevo, tenés que entender que para Dios, también sos nueva, que significa que Él te ve como hoy estás, dice borrón y cuenta nueva, sigamos hacia adelante.
Dice un pasaje: «No se acuerden de las cosas pasadas, ni traigan a memoria las cosas antiguas, yo hago cosas nuevas que pronto saldrán a luz«. ¿Cuál es el recuerdo que te ata, que viene siempre a tu mente? ya hiciste sanidad interior, y lo dejaste y lo declaraste y dijiste no me acuerdo más, pero cada vez que tenés que hacer algo, cada vez que querés ponerte las pilas en tu sueño, viene ese pasado, esa persona, esa metida de pata, viene al presente para no permitirte avanzar y Dios te dice: Sueño nuevo, porque eres una mujer nueva y yo te miro como una hija nueva.
El Señor te dice: «Esta cita que estoy haciendo con vos hoy, no tiene nada que ver con tu pasado; es nueva». Tu relación cada mañana con Dios es nueva, pronto va a salir a luz lo que Dios va a hacer en tu vida.
Una mujer que se ama es simpática. ¿Qué es el don de la simpatía? No a todo el mundo le sale fácil ser simpático pero dice que Ester, lugar donde iba, lugar que generaba simpatía y le daban de todo. Generaba simpatía en las doncellas, generaba simpatía en los eunucos que la tenían que cuidar, generó simpatía en el rey que la tomó y la hizo reina, o sea dice que lo deslumbró y que le cayó tan bien.
Vos, ¿A cuánta gente le caes bien? ¿A cuánta gente le caes simpática? ¿Cómo uno recibe o activa el don de la simpatía? Es muy sencillo, cuando estás comprometida con lo que estás haciendo. Si vos estás comprometida con lo que estás haciendo, si lo que estás haciendo es tu pasión, vos vas a ser una mujer simpática.
Hay mujeres que se matan por ser simpáticas y no lo logran nunca, no hay manera de que le caigan simpáticas a nadie. No tienen el don de la simpatía, no tienen el don de la gente ¿Por qué? porque no están haciendo lo que les gusta. Si vos estás totalmente comprometida, aunque tal vez no te guste mucho, pero ponés tu espíritu, ponés tu corazón en lo que estás haciendo y te comprometés en lo que estás haciendo, vas a ser una mujer simpática.
Entendemos que hay coordinadores, coordinadoras de micros que son simpáticas y la gente se le pega, son simpáticas aún sin reírse. Pero hay gente que no le cae bien a nadie y esa gente es gente que no está comprometida con lo que está haciendo. ¿Por qué hay líderes que tienen un montón de gente a su cargo, y líderes que no tienen a nadie? Viene una y se le va; porque no es simpática, porque no está comprometida con la tarea, porque no es algo que tomó como suyo, porque no está poniéndole pasión y cuando vos le pones pasión a la cosa, la simpatía aparece, es como que tu trabajo se une con tu tiempo libre, trabajar o tener tiempo libre es lo mismo para vos porque disfrutás las dos cosas.
Cuando una mujer siente que su trabajo, su trabajo de liderazgo, su tarea en los micros, su tarea de cuidado, su tarea pastoral es lo que siempre quiso y está comprometida, esa mujer va a ser una mujer simpática. Y eso va a depender de qué actitud tengas en la vida. Si hoy tuvieras que subir a un ascensor y este se queda estancado en el quinto piso, entre mitad del quinto y mitad del cuarto y hay tres personas dentro del ascensor ¿Cuál sería tu reacción? Calmar a las otras, salir primera, alentarlos, buscar la manera de salir, serenidad, tratar de no tener fobia, orar, reírte del susto, etc.
Todo va a depender de tu actitud, esa situación puede ser positiva o negativa de acuerdo a tu actitud. Sabemos que en la vida vamos a enfrentar situaciones difíciles siempre, pero va a depender de tu actitud. Y vos en cualquier lugar y en cualquier circunstancia podés sacar tu don de simpatía, decir: yo estoy comprometida con esto, porque yo sé que voy a salir de ésta circunstancia porque a mí Dios me lo prometió y como yo tengo fe, estoy comprometida con mi fe, y todo lo que haga me va a salir bien.
Así que, tu actitud te va a dar la salida también.
Una mujer que se ama, es amada fácilmente por los demás. ¿Cuánta gente te ama a vos? ¿Cuántos amores de verdad, tuviste en tu vida? ¿Cuánta gente vos podrías decir que aunque hoy no están si te recuerdan, te recuerdan con amor? Una mujer que se ama a sí misma, es una mujer fácil de amar.
Por eso, chequeá cuánto amor hay alrededor tuyo. Por eso, si no te sentís amada, hay un vacío dentro tuyo, que solamente se puede llenar cuando empieces a amarte a vos misma. Porque no es el vacío de Dios del que estamos hablando, ese es un vacío espiritual que solamente se llena con la presencia de Dios, pero si vos tenés la presencia de Dios pero no sabés darte amor, la presencia de Dios no te ayuda para darte ese amor, porque es algo que tenés que hacer vos.
Tal vez no hay mucha gente que te ame alrededor tuyo y no tengas con quién pasar las fiestas, no tengas con quién irte de vacaciones, nadie quiere recibirte en su casa para tomar mate, nadie quiere hacer una sociedad con vos porque no sos simpática. Y no sos simpática porque no estás comprometida con nada, porque todo te viene mal, porque todo te aburre, porque todo no te pertenece, entonces empezá a soltar el don de la simpatía.
El don de la simpatía no es, me rio con todo el mundo, le quiero caer bien a todo el mundo, y forzás esa situación. Eso no es ser simpática. El don de la simpatía fluye, cuando vos estás contenta con lo que estás haciendo y comprometida con la tarea. ¿Cuánta gente se volvería loca por hacer algo por vos? Que te digan: yo quiero regalarte algo, quiero estar con vos, quiero hacerte un favor, quiero pasar tiempo con vos, me gusta escucharte, me gusta tu compañía, me gusta ver tele con vos, ¿cuánta gente pasaría tiempo con vos? Esas son preguntas que no podés evadir. Porque si las evadís, te vas a sentir cada vez más sola, menos querida, menos amada y con más baja estima.
¡Rodeate de gente linda, sé simpática!
( Continuará)
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