¡Cuántos propósitos y afanes no salen simplemente por falta de tiempo o por no haberlos perseguido con el suficiente esfuerzo!
Me interesan los perdedores que han asumido su derrota y han sabido levantarse de ella.
Es grande ver a un hombre crecerse ante el fracaso y que empieza de nuevo.
Llegará el día, si insiste con tenacidad a pesar de todo en que esa persona se vaya haciendo fuerte, rocosa, recia, compacta, igual que una fortaleza amurallada.
Sabiendo que por encima de la tempestad que ensordece o del oleaje vibrante y amenazador, su rumbo está claro, sus ideas siguen siendo conseguir los puntos de mira iniciales.
Ahí se inician los hombres de vuelo superior.
Que no son los que siempre vencen, sino los que saben levantarse, aquellos que tienen capacidad de reacción, sabiendo sacar pequeñas lecciones al filo de los acontecimientos menudos de la vida ordinaria.
Se trata de abrir bien los ojos e ir adquiriendo ese saber acumulado que constituye la experiencia de la vida.”
Libro:
El hombre light, una vida sin valores,
Enrique Rojas.
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