El Amor a Dios y el amor al prójimo son, dos hojas de una puerta,
que sólo pueden abrirse y cerrarse juntas
Felices los que sufren…Felices los que lloran
¿ Por qué?
Porque en los momentos más difíciles, cuando las lágrimas son muy grandes, podemos aprender mucho.
Nos parece increíble pero es la realidad. Generalmente vivimos de una manera inconciente, hasta que nos llega el sufrimiento. Si tenemos la capacidad, en ese momento de mirar positivamente, podremos aprovecharlo para pensar, discernir y cambiar nuestro concepto de vida… el sufrimiento nos fortalece, nos hace crecer, mirar la vida desde otro ángulo, ver el camino correcto que debemos transitar, quizá sea el más angosto, el que pocos eligen por ser el más difícil.
Pidamos a Dios que nos dé la gracia de cambiar nuestra mirada, encontrar la belleza en él, en otras palabras, tener las mismas cualidades, pensamientos, sentimientos y riquezas, para encontrarle un sentido diferente a la vida, más allá de nuestros conceptos humanos, mundanos, sentimentales y todo lo que signifique nuestra vida terrenal.
De corazón a corazones
oneli@ lucí@*
Conducíos con amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó a sí mismo para ser sacrificado por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.
Así hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor,p y el que vive en el amor vive en Dios y Dios en él
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