A nadie le importa lo que a Mí me pasa – Alejandra Stamateas.

A nadie le importa lo que a Mí me pasa.

Salmos 139:1-5

« Señor, tú me examinas, tú me conoces.

Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aún a la distancia me lees el pensamiento.

Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares.

No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda.

Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.

» ¿Te ocurrió alguna vez esto?

Que estás preocupada por los demás, pero cuando a vos te pasa algo nadie te registra.

Es muy común que nos pase a las mujeres, pero hoy traigo la solución para este problema.

Este Salmo es una poesía para Dios,

Es impresionante describir como Dios nos cuida, nos quiere, nos protege, está todo el tiempo pendiente de nosotras.

Y hoy vamos a hablar de como Dios, está pendiente de nosotras.

Cuando nosotras decimos:

¡A nadie le importa lo que a mí me pasa!

lo estamos diciendo porque creemos que es así y en realidad no es así, porque tal vez hay mucha gente que está pendiente de nosotras, y sí le importa, pero nosotras sentimos que no le importamos a nadie;

O puede ser que realmente no le importes a nadie, que lo que vos decís sea verdad, no le importas a nadie, los de alrededor actúan de esa manera porque tal vez vos no les decís lo que estás necesitando, a veces las mujeres tenemos necesidad de hablar, de que alguien nos abrace, que nos dé un beso, que nos acaricie, y sin embargo retenemos eso que queremos y no se lo comentamos a nadie, y estamos esperando que el otro tenga la bola de cristal, adivine lo que nosotras queremos y que lo haga.

Yo quiero decirte que nadie tiene la bola de cristal, si vos no le decís lo que querés nadie te va a poder hacer algo, porque vos tenés que expresar lo que querés, si querés un abrazo pedilo, si querés un beso pedilo, si querés que te escuchen, que se sienten a conversar con vos, tenés que pedirlo porque nadie es adivino.

Tal vez cuando tenemos un problema o necesitamos del otro, el otro de nuestra familia no está, porque lo acostumbramos de esa manera, tal vez siempre nos mostramos como las fuertes, como las que tenemos la solución de todo, como las que siempre estamos ahí para sostener y apoyar y que nunca necesitamos de nada, y nuestra familia se acostumbro a eso, se acostumbro a vernos a nosotras como las fuertes, como las que nunca lloran, como las que nunca necesitan nada, como las que nunca necesitan una caricia, un abrazo, se acostumbraron y por más que lo necesites creen que no lo necesitás.

También a veces no recibimos esa contención o ese cuidado o ese afecto, parece que a nadie le importa lo que nos pasa, porque no sabemos en realidad exactamente qué es lo que necesitamos, y los otros no saben exactamente qué es lo que nos tienen que dar, por eso es muy importante que los de nuestra familia sepan muy bien cuando nos sentimos mal y cuando estamos necesitando la compañía, el abrazo, la caricia, el beso o la escucha del otro.

Decile a la persona que tenés al lado, decile: expresate, hablá lo que necesites, el que no habla no recibe, el que no pide no recibe. ¿Cuántas alguna vez tenían ganas de recibir un abrazo o un beso pero no lo pudieron expresar? si vos no lo expresas el otro no tiene la bola de cristal y ese es el primer punto que quiero que tengamos bien en claro.

Las mujeres muchas veces, sufrimos lo que yo llamo el síndrome de Eliseo: de la viuda de Eliseo, que va a la casa de una viuda que estaba en deuda y si no pagaba la deuda, se le iban a llevar los hijos, entonces llega Eliseo y le hace una pregunta:

¿Qué tienes en tu casa?

Lo primero que le contesta la viuda es nada,

¿Por qué?

Porque la viuda vivía en esa casa, estaba acostumbrada a mirar todos los días las paredes de esa casa, se había acostumbrado a cada rincón de la casa y todo lo que había en la casa le parecía algo de todos los días, algo ordinario, no se imaginaba que hubiera en su casa algo especial con lo cual el profeta pudiera hacer un milagro y eso es lo que nos pasa en nuestra familia, nos ven siempre, somos paisajes repetidos y se acostumbraron a nosotras, no piensan que tal vez necesitamos algo, es más, piensan que no necesitamos nada, que está todo bien porque no hablamos, porque no pedimos, porque no manifestamos, entonces el otro ya está acostumbrado a vernos todos los días en el mismo lugar de la casa, haciendo las mismas cosas, saliendo a la misma hora, volviendo del trabajo a la misma hora, ya es un paisaje rutinario, y todo el mundo piensa que no te pasa nada, que no necesitás nada y por lo tanto vos sentís que no le importás a nadie.

Por eso cuando una mujer siente que no le importa a nadie lo primero que hace en la casa es quejarse

¿Cuántas se quejaron alguna vez?

Todas.

La queja es como un deporte favorito para nosotras las mujeres, creyendo que si nos quejamos vamos a arreglar algo, cada vez que vos te quejes, si querés hacerlo, hacelo, pero tu queja siempre tiene que tener un destino.

Si te vas a quejar, que esa queja tenga un destino, o sea que esa queja tenga una resolución, tenga un final, porque si no, se convierte en un deporte, si te quejas para no tener una solución, la queja se convierte en un deporte y llega un momento que nadie nunca más te escucha, porque sabe que sos una quejosa y eso nos pasa mucho a las mujeres, nos enganchamos en la queja pero no le damos un destino a la queja, no estamos pensando cómo vamos a resolver ese problema, queremos que el otro nos resuelva el problema pero no queremos buscar nosotras la salida a esa queja.

Si me quejo tengo que tener un destino sino la queja no sirve.

¿Qué es lo que tenemos que hacer cuando empezamos a sentir y empezamos con esa pequeña queja interna? yo al final me encargo de todo el mundo, ahora que yo estoy mal nadie se acuerda de mi, ahora que estoy mal nadie me pregunta, nadie me tiene en cuenta, me ignoran, me ven que estoy mal pero igual me siguen cargando con cosas, esa queja interna si no tiene destino se va a transformar para vos en una frustración y no vas a llegar a ningún final; por eso a la queja le tenés que dar un final, esto no puede seguir así, yo tengo que moverme para encontrar una solución, no es el otro que se tiene que mover, porque a la que le molesta eso es a vos, no esperes que algo que te molesta a vos se mueva el otro para corregirlo, si te molesta a vos, la que tiene que moverse para corregirlo sos vos.

Eso no está muy lindo pero es así, si vos decís: es mi marido el que tiene que hacer, mi hijo el que tiene que hacer, no es así, si a vos te molesta algo, la que se tiene que mover para darle un final, para darle un destino a esa queja y que te funcione a vos, sos vos.

La que me tengo que mover soy yo.

Hay tres actitudes que tenemos que tener cuando esa queja aparece, nadie me escucha, nadie me da importancia, parece que soy invisible en este lugar, nadie me tiene en cuenta.

Vas a tener una inteligencia superior para resolver los conflictos cotidianos.

Primero:

Tengo que afirmar mis fortalezas.

Cada vez que en tu vida, y esto es para todos tus momentos de debilidad, cada vez que te aparece la depre, que te sentís mal, que sentís que no servís, que no lo vas a lograr que a vos nadie te da importancia, que no vas a salir de ese problema, cada vez que viene ese momento de debilidad, lo primero que tenés que hacer es afirmar tus fortalezas.

¿Qué son las fortalezas?

Porque toda la vida nos enseñaron que nuestras fortalezas eran lo que sabíamos hacer muy bien, que una fortaleza es lo que te sale bien, si vos cocinas bien ese es tu fuerte nena, esa es tu fortaleza, mentira.

¿Qué es una fortaleza?

Es algo que te hace fuerte, por ejemplo:

¿Cuántas cosas vos haces en el día que te salen muy bien?

,Dos o tres cosas que haces en el día que te salen muy bien, vos crees que esas son tus fortalezas pero hay cosas que te salen muy bien, pero que sin embargo te aburren, te debilitan y te sacan fuerzas.

Vos las hacés muy bien, todo el mundo te dice como vos hacés las milanesas y a vos lo que más te cansa es estar friendo milanesas, pero vos no podés no hacerlas porque no te permitís no hacer eso, porque ya todo el mundo te dice: que bien que las hacés, no te permitís no hacerlo porque sos una mujer híper-responsable. Seguís haciendo cosas que te salen muy bien pero que te aburren, que te quitan fuerza, que te quitan alegría, que te quitan energía, y en definitiva se te transforma en una debilidad, porque te hace débil mientras lo estás haciendo, no te gusta, lo haces muy bien pero no te da alegría, no te da placer, no lo disfrutas y eso te quita fuerzas, esa es una debilidad.

Debilidad es lo que te quita fuerzas, lo que te quita energía, lo que te hace sentir floja, decís otra vez tengo que hacer esto, o ir a tal lugar, no te da placer, no te da gozo hacerlo.
Fortaleza: es aquello que te trae fuerzas, tal vez no seas muy buena haciéndolo, pero te genera una energía, vos lo hacés y estás contenta, no ves la hora de hacer eso, no ves la hora de que alguien te pida hacerlo, porque a vos te rejuvenece, te da placer, te hace reír, parece que pasan las horas y es como si fueran cinco minutos, eso que te trae fuerza es fortaleza.

¿Qué es lo que te trae fuerza en el día?

¿Qué es lo que hacés con mucho placer en el día?

Vender, andar en bicicleta, mirar vidrieras, hacer gimnasia a las cinco de la mañana, besar a mi nieto, comprar ropa, viajar, tocar el piano, cantar, atender la panadería, estar con gente, ir a bailar, cada una de nosotras hay algo en el día que hace que te genera fuerzas nuevas, no ves la hora de hacerlo, querés hacerlo, esa es tu fortaleza, lo otro, lo que te debilita que tal vez lo hagas muy bien, que seas la única, que todo el mundo te lo elogia, que a los demás les parece bárbaro, tal vez te quite fuerza.

Cada vez que estés pasando por un momento de debilidad empezá a hacer lo que te fortalece y dale valor a lo que te fortalece, porque vos decís, eso son caprichitos míos, o alguien te dijo, eso es un capricho tuyo, no es un capricho, si a vos te hace bien, tenés que repetirlo para que te fortalezcas cada vez más y puedas superar ese momento de debilidad.

¡Ay pastora! no puedo estar todo el día mirando vidrieras, ¿por qué no? si te hace bien, pero no puedo estar tres horas andando en bicicleta, ¿por qué no? si te hace bien y cuando termines esas tres horas vas a ser una mujer que puede enfrentar cualquier situación, porque te metiste adentro fuerzas.

Lo que pasa es que estamos acostumbradas a que en la vida todo tiene que ser equilibrado, esa palabra no me gusta, todo tiene que ser equilibrado

¿Por qué?

¿Quien dijo que tiene que haber un poquito de dolor y un poquito de felicidad?

Vos tenés que desequilibrar la balanza de tu vida y tenés que desequilibrarla para el lado de lo bueno, para el lado que te trae fuerza no para el lado de lo malo.

Hace esa actividad que te hace sentirte fuerte, que te da vigor, empezá a tomar tu fortaleza con seriedad, porque cuando vos empezás a tomar tus fortalezas, eso que recién dijeron eso de andar en bici, ir a correr, hacer gimnasia, prepararme un té, estar a solas, ir a charlas con mis amigas, no sé, lo que sea, mirar media hora la televisión, me relaja, me tranquiliza, leer el diario, tocar el piano, lo que sea, esas cosas sencillas y simples que vos sabés que las hacés con alegría, con pasión y cuando terminás de hacerlas dijiste ¡que bueno! me siento bien, eso tiene que crecer en tu vida, tenés que tomarte en serio porque a veces nos tomamos muy en serio nuestras debilidades, pero no nos tomamos en serio nuestras fortalezas y cuando vos te tomas en serio tus fortalezas y empezás a repetirlas, a hacerlo sistemáticamente, si me hace bien ¿por qué no lo voy a hacer? si me gusta, si me da energía nueva ¿por qué no lo voy a hacer? si no estoy haciendo nada malo, al contrario, estoy haciendo algo bueno para mi vida, voy a hacer que la balanza se desnivele para lo bueno, para mi fortalezas y voy a hacer que la vida valga la pena ser vivida.

Vos no necesitás equilibrio en tu vida, vos necesitás plenitud, cuando alguien te dice: te la pasas muchas horas dentro de la iglesia, es porque eso me trae plenitud y lo voy a seguir haciendo, y si tengo que aumentar las horas lo voy a hacer, porque yo voy hacia mi fortaleza.

Regálate, provéete momentos de fortaleza, regálatelos, momentos que te hagan sentirte fuerte sin tener culpa, y cuando él te dice: ya fuiste dos veces a caminar y ver vidrieras, porque lo necesitaba, me hizo bien, me fortaleció, no será mucho, nunca es mucho cuando tiene que ver con mi salud, todo lo que pueda hacer que me haga bien, lo voy a seguir haciendo.

Pastora, la vida no es tan sencilla como dice usted, porque todavía no te tomaste en serio tu fortaleza, todavía no te das cuenta lo que se produce dentro tuyo, en tu mente y en tu cuerpo cuando hacés algo que te fortalece, todavía no te diste cuenta porque el día que te des cuenta, que haciendo eso que parece para otro un capricho, a vos te llena de energía y te ayuda a seguir adelante en el resto del día para enfrentar cualquier situación, cuando te lo tomes en serio no lo vas a querer soltar y cada vez vas a querer un poco más.

¿Cuántas quieren un poco más?

Segundo:

Cuando estoy débil tengo que construirme una familia informal.

Porque la familia que tenemos es la familia formal tus padres tus hermanos, tu pareja, tus hijos, tus nietos, esa es tu familia formal, pero a veces cuando estamos mal y vos sos figurita repetida, no se dan cuenta que los necesitás, no es por malo, sino por todo lo que vimos antes, porque tienen ese hábito, esa costumbre, porque están metidos en sus cosas, por lo que sea, porque nosotros los acostumbramos de esa manera, tu familia formal no se da cuenta de eso, por eso tenés que construir una familia informal.

Eso lo hacía Jesús, tenía su papá, tenía su mamá, tenía hermanos carnales, pero sin embargo Jesús se construyó una familia informal, él tenía los discípulos, tenia a María a Marta, a Lázaro, él un día agarro a Zaqueo y dijo, me voy a comer a tu casa, él mismo se invito a la casa de Zaqueo porque él quería construir esas relaciones, esa familia informal.

¿Qué es una familia informal?,

Es rodearte de gente que tal vez no tenga mucha intimidad con vos, pero que vas a poder contar en algún momento de tu vida.

Vos tenés que hacer esas relaciones conociendo gente, por ejemplo, todos los días vos vas a comprar carne al mismo carnicero, ya sabes que en algún momento vas a poder contar con el carnicero, no sé para qué, pero ya son conocidos, siempre salís y hablás con la misma vecina de barrio, ¿por qué hablás con esa vecina? estás construyendo una familia informal, tu vecina pasa a ser parte de tu mundo, y cuando tu marido te de vuelta la cara, cuando tus hijos se vayan a la escuela y no te escuchen, vos sabés que tenés a la vecina para hablar de eso que te está pasando.

¿A cuántas les paso alguna vez? 

Fueron al ginecólogo, estaban ahí y se pusieron a llorar y el ginecólogo le dijo ¿le duele señora?, no es que tengo un problema y le largaste todo el problema emocional que tenías, que te habías peleado con tu marido, que tu hijo se fue de la casa, y llorabas y decías: discúlpeme doctor, y le hablás de tus dramas a cualquiera, decís como me gustaría encontrar a alguien y largar todo lo que tengo, porque las mujeres como siempre te digo, nos sanamos hablando, a medida que las mujeres vamos hablando de lo que nos pasa, nos van viniendo las soluciones a eso, por eso no necesitamos que el otro nos dé una solución, necesitamos que el otro nos escuche, nada más, que esté parado y nos escuche.

Por eso, como vos sabés que necesitás hablar, necesitás construir esa familia informal, buscate gente que veas todos los días, si vas a un banco a cobrar la jubilación, anda siempre al mismo cajero, siempre a la misma, no vayas a otra, que te atienda la misma chica, el mismo chico siempre, y anda construyendo una relación, en cualquier momento, vos no sabes cuándo, vas a necesitar, tal vez un día estés mal, tu familia formal te de vuelta la cara por lo que sea, y vos tenés a alguien, por eso es tan importante que vengas acá, vos cada vez que venís acá, construís esa familia informal y tenés una pastora con la que podés hablar, tenés una líder con la que podés hablar, tenés amigas que vienen a tu mismo grupo que podés pedirle oración, contarle cosas, y eso es importantísimo, tenés que construirte esa familia informal para que no dependas siempre de la misma gente para tu sanidad.

Dios se va a encargar de posicionar gente en lugares correctos para que puedan servirte en el momento correcto, Dios te va a poner personas alrededor que hoy tal vez no le das importancia, pero están puestas estratégicamente por Dios, son las armas secretas de Dios para soltarse en el momento que vos estés necesitando que alguien te cuide, que alguien te abrace, que alguien te entienda, ahí están las armas secretas de Dios.

Esa persona con la que vos hacés una relación, que tal vez decís, pero es el carnicero, la verdulera, la panadera, vos imagínate, una mujer va a su panadería, viene angustiada, le pasó de todo y ella está ahí y esta mujer hace una conexión, que mejor que le toque una panadera que venga a Presencia de Dios, que lo que le diga le va a hacer bien.

Está puesta ahí estratégicamente y vos sos un arma secreta de Dios para otra persona que en algún momento te va a necesitar y Dios te va a revelar delante de esa persona, para que le des la contención, la ayuda y el abrazo que necesita.

Yo soy un arma secreta de Dios.

Somos armas secretas de Dios que vamos a ser reveladas en el momento correcto.

Dice la palabra que Dios hace habitar en familia a los desamparados y cuando vos te sentís desamparada tenés que haberte construido una familia informal, no estés sola, no dependas siempre de la misma gente para que te aconseje, para que te ayude, busca otra gente, decís: pero yo le di todo a mi familia, me maté, por más que te hayas matado si el otro no te quiere dar nada, no te lo va a dar, por eso vos tenés que formarte un equipo de gente y no siempre: yo esperaba de vos, ármate de gente, de una familia y en algún momento la persona va a estar ahí para que pueda contenerte en el momento de la dificultad.

Soy una mujer de alto potencial.

Esto lo tenés que creer.

Tenemos tan alto potencial en nuestra vida, que Dios ha puesto, y muchas veces ustedes se van a dar cuenta que les cuesta mucho explicar lo que les está pasando, poder poner en palabras lo que estás sintiendo internamente, que decís, no sé como explicártelo y va a ser muy difícil que alguien te entienda.

Yo una vez dije que las mujeres no somos complicadas, sino sofisticadas, y esa es una realidad porque tenemos un alto potencial, hay mujeres que tienen un alto potencial que por más que quieran explicar lo que les está pasando, no pueden ponerlo en palabras, porque es algo sofisticado lo que están sintiendo y hay gente que nunca te va a poder entender por más que ponga todas las pilas para entenderte y es porque sos sofisticada, porque tengo un alto potencial.

Por eso tenemos que cuidar los momentos intensos de nuestra vida, tenemos que aprender a cuidarnos, esos momentos valiosos, esos momentos que son de oro, esos lugares, esa gente, esos espacios que nos hacen bien, que nos sanan, que nos hacen reírnos, ese segundo, el día que beso a mis nietos, esos momentos de alto nivel los tenemos que cuidar, los tenemos que atesorar y los tenemos que sostener en el tiempo, y repetirlos las veces que sean necesarios hasta que estemos bien, porque si siempre dependemos de los demás, la queja va a ser permanente.

Por eso a la queja le tenemos que buscar un final, le tenemos que dar un destino yo voy a hacer esto para salir de esta queja y no tener nunca más que quejarme y que me falte algo, yo me voy a dar momentos de excelencia en mi vida, yo me lo voy a procurar, me los voy a regalar, voy a hacer cosas para mi vida que me hagan bien aunque este en el peor momento de mi vida, voy a buscar lo que me fortalece, lo que me hace bien, lo que me edifica como mujer, lo voy a buscar y me lo voy a regalar para mi misma.

Traje el jarrón de la abuela, te imaginás los años que tiene, alguna debe tener en la casa uno así, el jarrón de la abuela, si se llega a romper me mata porque para la abuela era valiosísimo, pasó de generación en generación, yo voy a pedir que vengan cinco mujeres, una separada de la otra, yo le voy a hacer entrega a una de ustedes del jarrón de la abuela, que a nadie se le caiga el jarrón de la abuela, porque a la primera que se le cae cien mil pesos me tienen que pagar, por lo menos, porque tiene años, yo se los voy a dar, se lo tiene que pasar una a la otra con sumo cuidado, como si estuvieran agarrando algo frágil pero con sumo cuidado.

Por favor, no sé si dártelo con sumo cuidado, tenelo fuerte, despacio, ojo de ponerle la uña, despacio, con delicadeza, me lo pasan a mi ahora, ¿que sintieron ustedes mientras lo iban pasando? algo frágil, que había que cuidarlo, mucho cuidado, miedo un poco y yo les metía presión encima, que era algo delicado, que había que tratarlo con delicadeza, vos dijiste yo estoy segura que no se me va a caer, que lindo que es, hay que cuidarlo, eso es lo que tenés que hacer con tu vida, con tus momentos únicos, tratarlos así, tenés que aprender a tratarte de esta manera, a sostenerlos en el tiempo y a decir: esto me hace bien, esto es una caricia para mi vida, esto hace que yo me sienta feliz, lo voy a cuidar, lo voy a sostener en el tiempo, y cuando alguien quiera tocarte lo que es tuyo le vas a decir: no, porque este momento es un momento que me regale para mi, lo voy a disfrutar porque es mi momento de fortaleza.

Aprendé a cuidarte, aprendé a quererte, aprendé a tratarte bien vos a vos misma, no esperes que los demás hagan lo que vos no podés hacer con vos.

Así tenés que hacer con tus buenos momentos, protégelos de cualquiera que te los quiera robar, protégelos de cualquiera que te diga eso es un caprichito y vos ya estás grande, de cualquiera que te diga: pero vos no podés darte ese lujo, protégelo, cuidalo, agarrate, abrazate a vos misma, sos lo más valioso que tenés, no hay nada más valioso que tu vida, no es ni la ropa que te ponés, no es ni la casa que tenés, no es la familia que construiste, vos sos lo más valioso y si vos no te cuidás los demás no van a cuidarte, no esperes eso de los demás, los demás podrán tener una atención con vos, los demás podrán decir ¿qué le pasa a esta loca que cuida ese jarrón? no es para tanto, tampoco vale tanto, pero es mío y lo que es mío, es mío, y yo lo cuido porque es mío.

No lo suelto, no lo dejo ir, es el momento de la puerta que Dios me ha dado.

David.

Si hubo un hombre ninguneado fue David, si hubo un hombre que no podía contar ni con el reconocimiento, ni la palabra de apoyo, ni de aliento, de sus hermanos ni de su padre, fue David, porque había sido rechazado, él iba a la casa, entraba después de trabajar de estar en el campo, llegaba a la casa y era un don nadie, era invisible para su padre y para sus hermanos, nadie lo tenía en cuenta, ni para los grandes acontecimientos ni para los pequeños, solo se sabía que él iba a cuidar las ovejas de su padre.

Cuando se levantaba temprano a la mañana, se iba a las cinco de la mañana al campo, lo único que escuchaba era meee, nada más, no había reconocimiento, no había una palabra de esperanza de parte de las ovejas, ni apoyo, él estaba solo y en su soledad él descubrió la compañía de Dios, porque cuando estás sola, ahí realmente descubrís la compañía de Dios, lo que decía este Salmo que leíamos, y David entendió, él decía:

«Tu protección me envuelve por completo»

Porque estaba solo en medio del campo, acostado en la cama solo, y decía: tú protección me envuelve por completo, me rodeaste, estás conmigo en todo momento, en medio de la soledad él descubrió la compañía del Señor, dice tal conocimiento es demasiado maravilloso para mi, que me cubrís, que me rodeas, que me entendés como nadie, que adivinás mi pensamiento aun antes de que yo te lo diga, que decís la palabra que está en mi boca antes de que yo la exprese, eso es demasiado maravilloso para mi, que a mi nunca nadie me entendió, que a mi nadie me leyó lo que yo quería, que a mi nunca nadie me hizo una caricia, me dio afecto, para mi lo que vos hacés Dios, es algo tan maravilloso, tan sublime, alto es, no lo puedo comprender, ¿y saben por qué Dios era el único que lo podía entender? porque él era un hombre de alto potencial, porque él estaba siendo preparado para ser un rey, y bueno, no cualquiera entiende a los reyes, él no podía haber sido entendido nunca ni por su padre, ni sus hermanos, ni por nadie, salvo por Dios, porque era un hombre de alto potencial, Dios lo estaba preparando en la soledad para luego ser rey y luego ser visto por muchos.

Hay una reina dentro tuyo, hay un alto potencial, el único que puede entenderte es papá, santo.

Cuando llega la unción es el momento que me das fuerzas, disfrutá del momento único, es tuyo.

Cuando Dios le habló a Adán y a Eva de la consecuencia de su error, le dijo a Eva: tu marido se va a enseñorear de vos y tu deseo será para él, y le estaba diciendo, como te concentraste en él, en ese hombre en vez de concentrarte en mi, ahora vos vas a querer que ese hombre te supla a vos todas tus carencias, necesidades, todo lo que te falta se lo vas a exigir y se lo vas a pedir a él, porque estás concentrada en él, pero le estaba diciendo, si te atrevés a concentrarte en mi, yo soy el que voy a suplir cada una de tus necesidades, hacé crecer los momentos de tu fuerza que es cuando estás delante de la presencia de Dios, en ese mismo momento tu fuerza crece y en ese mismo momento Dios es el que dice:

Yo te estoy rodeando con mi mano, te estoy cubriendo y te estoy soltando lo que estás necesitando para tu vida, yo soy el que puedo entender tu lucha.

Dios te sana, fuerzas nuevas fuerzas del cielo.

Sentí la presencia el derramamiento del poder, el derramamiento de nuevas fuerzas, es un momento único, cuidalo y protegelo.

¿Qué es lo que te hace fuerte?

¿Qué es lo que hacés que te hace fuerte?

Que te da alegría, que te gusta hacerlo, que parece que no pasan las horas, que te renueva, que te hace una mujer más ágil, más divertida, ¿qué es? descubrilo y desequilibrá la balanza de la vida, empezá a regalarte más momentos que te traigan fuerzas, aunque los demás te digan que es una pavada, aunque los demás te digan no te lo merecés, aunque vos misma tengas culpa de hacerlo, hacelo igual, cuanto más fuerte seas, más vas a poder tomar decisiones tomadas de la mano de Dios, las mejores decisiones.

Gracias papá.

La unción es la fuerza.

Si tenés tu momento de fuerza de todos los días, levanta la mano y levantá la otra mano, si tenés momentos de debilidad, una es la fuerza otra es la debilidad, yo quiero que bajes la de la debilidad y vayas subiendo, creciendo cada vez más la de tu fuerza, pero con eso pastora, salir a andar en bici, ver vidrieras, si, que crezca eso te fortalece, te hace bien, que crezca, necesitás hacerlo más seguido, claro que si, buscate el tiempo, buscate el tiempo para hacer lo que te hace bien, lo que te fortalece, y anda bajando haciendo cada vez menos, lo que te debilita, eso tiene que ver con vos, yo no te puedo decir que te fortalece o te debilita, eso es algo que vos tenés que decidir, pero hacé crecer lo que te hace bien, ármate una vida llena de alegría, armate una vida con cuidados, donde te cuides a vos misma, nada más importante que aprendas a cuidarte, si vos te cuidás vas a soltar una energía y una fuerza que los demás solitos se van a contagiar, ni siquiera vas a tener que hacer esfuerzo para ayudar a otros, va a fluir y los demás se te van a pegar, van a querer ser tu familia sustituta.

Amén.

Vamos a sellar tu fortaleza, vas a hacer un esfuerzo en este tiempo para darte más momentos buenos para tu vida, porque algunas van a tener que esforzarse, porque la culpa la va a atacar enseguida, ¡no! pero

¿Cómo voy a hacer eso?,

¿Cómo voy a perder el tiempo?,

¿Que van a decir de mi?

Si tengo que hacer otras cosas no soy responsable.

Vas a empezar a ser responsable con tu vida y vas a empezar a crecer, los momentos de fortaleza, esos momentos únicos, no como una lluvia, tiene que ser como una tormenta que venga del cielo, cuando mejor te sentís vos, mejor se van a sentir los demás.

Por Alejandra Stamateas.

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