Declarando Sentencia Profética – Bernardo Stamateas 1/3

Declarando sentencia profética

1 Samuel 30:6, 7, 19 (NVI)
David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el Señor su Dios. Entonces le dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimélec: -Tráeme el efod. Tan pronto como Abiatar se lo trajo, David consultó al Señor…Nada les faltó del botín, ni grande ni pequeño, ni hijos ni hijas, ni ninguna otra cosa de lo que les habían quitado.

Todos tenemos a alguien que nos ha hecho o deseado mal, y no me refiero a personas con las que hemos tenido diferencias, una simple discusión, sino a gente que nos ha hecho o que nos quiere hacer daño con maldad.  Hoy vamos a ejercer autoridad y a declarar sentencia profética contra todo lo malo; porque hemos sido llamados a bendición y hasta no ser bendecido no nos detendremos.

El origen de la envidia
El que ha visto a un envidioso le ha visto la cara al diablo.

Si querés saber cómo es el diablo mira a un envidioso porque la esencia del diablo es la envidia. Satanás antes de ser el diablo era un ángel creado y estaba al lado de Dios pero un día dijo yo voy a hacer un golpe de estado a Dios y se transformó en enemigo arrastrando uno de cada tres ángeles. El diablo hizo esto porque Dios creó al hombre y cuando Dios creó al hombre dijo: ésta es la creación más maravillosa que he hecho, lo hice a mi imágen y semejanza y le voy a dar de mi presencia y le voy a regalar la tierra para que la domine y voy a poner a los ángeles que trabajen para ellos… y el ángel dijo no yo no voy a trabajar para el hombre yo no soporto al hombre no tolero que el hombre gobierne domine sea tu imágen y sea de bendición. Por eso la envidia es diabólica; Caín mató a Abel por envidia y a Jesús lo mataron por envidia dice Mateo.

Envidia, tristeza asesina.
La envidia es una tristeza asesina.

Es secreta porque el que te envidia no te lo dice, el envidioso es el silencioso que te mira de lejos y tiene tristeza por tus logros y es asesina porque buscará destruirte.

Muchos envidiosos dicen que te van a ayudar pero tenés que cuidarte tanto de los que no te ayudan como de los que te ayudan.
La tristeza asesina es el deseo de destruir al otro y especialmente surge entre pares; mujeres compiten con mujeres, empleados con empleados y empresarios con empresarios.

Dios ha decretado bendecirte y la bendición atrae a los envidiosos.

Los envidiosos no soportan que la gente sea reconocida.
El envidioso dice «acá se hace diferencia», «somos todos iguales a los ojos de Dios», «no hay que tener ídolos»

Cuando se aplaude o reconoce a alguien el envidioso dice «no hay que idolatrar, eso es pecado».

No soporta que se nombre a otro. Cuando le decís: «me compré un coche», te responde: «pero lo importante no es lo material sino amar al Padre», o te dicen: Dios te bendiga» cuando en realidad te quiere decir «ojala choques y te mueras».

El envidioso es el que bloquea o encajona tus bendiciones.

Si es tu jefe va a encajonar tus ideas o va a ser reuniones el mismo día y la misma hora en la que vos armas un proyecto; te va a bloquear el camino; te va a decir yo te quiero ayudar para que levantes cabeza pero va a hacer todo lo posible para aplastarte.

La persona envidiosa va a criticar descalificar y traicionar a la gente que logró cosas detrás de toda critica de todo chusmerio hay gente envidiosa.

El envidioso inventa chismes con cara de preocupación.

Dicen: ¿te enteraste que Jorge se compró un coche? Pero hay que ver de dónde sacó la plata… ojo, yo no lo creo lo escuché y estoy muy preocupado…

Porque el chismoso pone cara de preocupación para ocultar su envidia.

Los envidiosos tienen una enorme alegría cuando a otros les va mal.
Dicen: así que chocaste, qué pena… pero por dentro se alegran de que sufras.

Como ese hombre al que le dijeron:

Todos tus chanchos se ahogaron. No me digas!
y los del vecino también.  Ah, entonces no es tan grave.

Seis claves para que recuperes todo lo perdido.

Dice la Biblia que a David le quemaron todo, le robaron todo y el pueblo lo estaba por apedrear pero David se conectó con Dios y le dijo: Señor ¿qué hago?, ¿voy a recuperar todo lo que perdí? y el Señor le dijo: persíguelos porque recuperarás cosas chicas y cosas grandes.  Hoy vamos a declarar que cosas chicas y grandes que se nos fueron volverán otra vez porque hoy vamos a hacer una sentencia profética, hoy es un día de justicia divina.

Yo no te dejé sólo frente a lo malo, Yo voy a ser tu venganza dice el Señor.

( Continuará)

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