Evolución Espiritual y Desengaños Afectivos

EVOLUCIÓN ESPIRITUAL Y DESENGAÑOS AFECTIVOS

Intelecto e Iluminación

¿Todo puede ser comprendido por el intelecto?.

Tal vez, pero sólo si se afina, se sutiliza y evoluciona para transformarse en una herramienta de percepción de grado superior.

A veces, en el terreno del Esoterismo y la Espiritualidad creemos que el conocimiento de planos más sutiles o elevados depende de una hipotética evolución biológica de la Humanidad, o de infusos dones» innatos, producto quizás de una ganancia kármica, o de haber sido «elegidos» (vaya a saberse en virtud de qué lotería cósmica) por seres superiores para ser receptáculos de intuitiva sabiduría.

Como si el sol de la Iluminación hubiera amanecido una mañana sobre el desierto de la vida y, justamente, nos hubiera encontrado allí, solitarios y de pie, mientras el resto de nuestros dormilones congéneres remolonea en la profunda oscuridad de alguna caverna.

De lo que estoy hablando aquí es que debemos comprender que la evolución es función también del intelecto.

Y que al hablar de»evolución espiritual», quizás nos vemos, constreñidos por la semántica, a ponerle un rótulo, tan bueno como cualquier otro, a la certeza de que hay formas de «conocer más allá», sólo que no sabemos a ciencia cierta cómo se producen.

Eventualmente, alguien objetará que el «cómo» no es importante, que lo verdaderamente importante es que ocurra.

Falsa ilusión:

Si no comprendemos el cómo, no seremos dueños de que ello nos ocurra; sólo esclavos de un imponderable.

Así es como se posterga el «salto cuántico» de la Humanidad, pues mientras las evoluciones, siempre individuales, casi solipsistas, se sigan produciendo errática e involuntariamente, el resultado será tan azaroso como introducir el brazo en una laguna y extraer una moneda de oro, por más que tengamos la absoluta certeza de que la moneda está en algún lugar.

Más valdría drenar la laguna con una cuchara, ciclópea tarea milenaria que, cuando menos, indefectiblemente en algún momento nos hará tropezar con la moneda.

Obsérvese que el Yo del individuo evolucionado y el Yo del ser humano bestializado, mediocre, rudimentario o subordinado a sus impulsos y deseos, es el mismo.

La diferencia no es de naturaleza; es de grado, diríamos de vibración.

Las herramientas con que el individuo de Yo inferior conoce y se conoce son las mismas con las que lo hace el individuo de Yo superior.

Pero éste ha ascendido uno o más peldaños en la escala.

Especialmente (y éste es el objetivo de estas líneas) si decide poner ese ascenso bajo la égida de su voluntad conciente.

Sólo si logra «sentir» en su interior el poder de la voluntad.

Fuente: Gustavo Fernández

(continuará)

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1 comentario en Evolución Espiritual y Desengaños Afectivos

  1. No todo se reduce a la cuantica…?
    Metaforicamente, esta se parese a una de mis margaritas, en el » me quiere o no me quiere universal «. Un centro cuantico rodeado de un numero finito de propiedades humanas como los sentimientos, la logica racional o el intelectuo y asi se llega a un pequenio guarismo binario dentro de otro…con seis , diez, veinte, petalos; depende de la flor que tengamos… UN ROMPECABEZAS AMIGOS!

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