Cómo influyen los factores Psicológicos en la Enfermedad Física

¿Cómo influyen los factores psicológicos en la enfermedad física?

1. El estrés.

Todavía no se conocen todos los mecanismos por los que se produce esta influencia, pero se conocen algunos datos importante relacionados con la respuesta del ser humano ante el estrés.

La respuesta ante el estrés se refiere al modo como afrontamos aquello que consideramos peligroso o que supone una amenaza para nosotros (estresor).

Aunque algunos estresores son comunes y producen reacciones similares en todas las personas (por ejemplo, el ataque de un oso), la mayoría de los estresores de nuestra vida diaria son, en gran parte, subjetivos, de modo que lo que resulta estresante para una persona puede no serlo para otra.

Esta diferencia depende del modo en que las personas interpretan los acontecimiento; es decir, de lo que piensan respecto a ellos.

Por ejemplo, la posibilidad de perder a su pareja puede hacer que una persona esté continuamente ansiosa porque piensa que sería terrible que su pareja lo dejara, que no podría vivir sin él o ella y que el abandono significaría que no es digno/a de amor y que no va a encontrar a nadie más.

En cambio, otra persona puede pensar que el abandono sería doloroso, pero no una catástrofe, que podría ser feliz sólo/a, como lo era antes y que con el tiempo puede formar otra relación y volver a enamorarse.

Esta persona puede estar preocupada por la posibilidad de perder a su pareja, pero al tener un pensamiento más racional, no llegará a sentirse ansiosa.

Una vez que se percibe una amenaza a nuestro bienestar psicológico o físico (real o imaginada), se ponen en marcha varios mecanismos fisiológicos.

Por un lado, debido a la activación del sistema nervioso simpático, se liberan las hormonas llamadas adrenalina y noradrenalina cuya función es la de preparar el organismo para la huida o la lucha ante una amenaza (aumenta el metabolismo, aumenta el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria, aumenta la sudoración, mejora el flujo de oxígeno a los músculos principales, etc).

Es lo que suele llamarse ansiedad (cuando es intenso) o nerviosismo (cuando es más leve).

Cuando esta respuesta se vuelve crónica puede tener efectos perjudiciales en el organismo .

Por otro lado, ante el estrés se produce también la liberación de otras hormonas llamadas glucocorticoides.

Estas hormonas intervienen en el metabolismo de la glucosa, que es la que proporciona energía al organismo (imprescindible para enfrentarnos a la amenaza) y tienen un efecto inhibitorio sobre el sistema inmunitario.

Esta respuesta es adaptativa a corto plazo, ya que al suprimirse la respuesta de sistema inmunitario se suprime el desarrollo de la inflamación, la cual podría mermar nuestra habilidad para luchar o huir del peligro.

Sin embargo, si el estrés se hace crónico, la presencia continuada de glucocorticoides puede tener un efecto negativo, debilitando el sistema inmunitario y favoreciendo de este modo la aparición de numerosas enfermedades.

En otros estudios se ha visto cómo el estrés continuado acaba dando lugar a una disminución de la sensibilidad a los glucocorticoides, de modo que se produciría la respuesta inversa:

Una sobreactivación del sistema inmunitario y, por tanto, de la respuesta inflamatoria, aumentando la probabilidad de enfermedades que se caracterizan precisamente por una respuesta inflamatoria excesiva, como artritis, alergias, enfermedades cardiovasculares, enfermedades reumáticas, etc.

En estos momentos, es probable que la depresión haya sustituido a la ansiedad inicial.

2. Hábitos y comportamientos.

Los hábitos y estilos de vida poco saludables como el tabaco, el alcohol en exceso, la falta de ejercicio,alimentación inadecuada , la falta de sueño, etc., influyen también en la fisiología del organismo y contribuyen a la aparición de la enfermedad o bien a la aparición de problemas psicológicos que, a su vez, contribuyen a la aparición de la enfermedad.

Por ejemplo, el tabaco puede producir directamente una bronquitis crónica, o bien puede producir síntomas como aumento crónico del ritmo cardíaco y náuseas, lo cual a su vez, aumenta la sensación de nerviosismo general y la predisposición a sentir ansiedad.

Si esta persona interpreta estos síntomas de ansiedad como algo muy desagradable y negativo, es posible que se sienta aún más ansiosa al notar dicha ansiedad, con lo cual esta aumenta, afectando, a su vez, al organismo como hemos explicado en el apartado 1.

Es decir, se trata de un mecanismo circular en el que comportamiento, emoción y fisiología se influyen unos a otros hasta producir la enfermedad.

Si tienes alguna enfermedad crónica,

¿Que puedes hacer para mejorarla?

1. Lo más importante es tener en cuenta esta influencia de factores emocionales y comportamentales.

Si dejas de considerar tu enfermedad como algo exclusivamente médico y ajeno a ti que no puedes controlar y empiezas a pensar que tu comportamiento y tus emociones ejercen una influencia, entonces empezarás a sentir que tú también tienes cierto control sobre tu salud (y no sólo tu médico).

Es decir, hazte responsable tanto de tu salud como de tu enfermedad y trata de descubrir qué cosas puedes hacer.

2. Haz un balance de tu vida:

¿Tienes problemas familiares, laborales, de pareja u otro tipo?

¿Sientes a menudo ansiedad, depresión, ira, etc?

¿Tienes hábitos poco saludables, es tu alimentación inadecuada?

¿Cómo crees que están influyendo esas emociones, problemas y hábitos en tu enfermedad?

¿Qué crees que puedes hacer para cambiarlo?

3. Lleva un diaro de aquello que te haga sentir mal.

Te servirá para ser consciente de tus emociones y de su influencia en tu salud general.

4. Ten en cuenta la influencia de tus pensamientos en tus emociones.

Trata de ver las cosas desde un punto de vista lo más lógico y realista posible, y de tener un pensamiento flexible (preferir en vez de exigir, desear en vez de necesitar a toda costa, tolerar la frustración, aceptar la realidad tal y como es, cambiando lo que pueda cambiarse y aceptando lo que no).

Cómo influyen los factores Psicológicos en la Enfermedad Física

Para esto puedes utilizar la terapia racional emotiva.

5. Sé tolerante y comprensivo con los demás.

Ten en cuenta que son seres humanos imperfectos y que pueden cometer errores, igual que tú.

De este modo te ahorrarás una ira innecesaria.

6. Utiliza técnicas de relajación, yoga, meditación masaje, haz deporte y lleva un estilo de vida y alimentación.

Anónimo.

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